Las viviendas en alquiler no faltan. Los portales de internet para ofertarlos suman cada día nuevas propuestas por parte de los caseros, quienes reciben a los posibles inquilinos: "Hay menos gente que antes pero casi todos los días viene alguien a verlo, lo que pasa es que o no gusta o no reúnen las condiciones económicas”, indica Juan González, quien alquila un piso en Jesús Soria.
Disponer de "garantías" para cobrar el alquiler a final de mes, es una de las tareas más complicadas en estos tiempos: "Llevo mes y medio buscando alguien pero o no gusta la zona o el piso, o no cuentan con esa garantía económica", indica González. El último abandonó el piso a finales de mayo, nada más levantarse el confinamiento a una casa que construyó y que lo esperaba desde marzo.
En la avenida de Zamora tiene uno de cuatro pisos en alquiler Cándida Cougil. Encontrar a personas con "solvencia económica" es lo más complicado en estos momentos. “La gente necesita un techo y pregunta por ellos, pero no tienen solvencia económica para alquilarles el piso”, afirma.
Sus pisos están reformados, lo que supone un inversión sobre sus propiedades, algo que no se ofrece en todas las viviendas: "Tengo los pisos bien y llevo cinco años sin recoger un euro, ya que todo lo que gano va para mejoras", señala. Uno de ellos incluso terminó "destrozado" ante los desperfectos tras la partida de su inquilino.
A esto se le suma los posibles retrasos en el pago de la renta, derivados de la "falta de seriedad" o de la situación económica actual que dificulta llegar a final de mes: "Los jóvenes no tienen estabilidad laboral y muchos que se independizan en algún momento tienen que regresar con sus padres", comenta. Los obstáculos hacen que las viviendas pasen más tiempo anunciándose a la espera del inquilino "adecuado".
