TRIBUNALES - OURENSE

Tres años de prisión por atracos en A Ponte

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photo_camera El inculpado, de espaldas, ayer en al sala de vistas del Penal 1, ante la magistrada que lo juzgó.

El inculpado, con problemas de drogadicción, actuó en 25 minutos

Claudio F.G., de 42 años, en solo 25 minutos, intentó atracar una clínica de fisioterapia de A Ponte y luego lo consiguió en una carnicería, pistola en mano, el 9 de junio de este año. El inculpado se reconoció autor y aceptó ayer en el Juzgado de lo Penal 1 una condena de dos años y 11 meses de prisión tras aplicarle el fiscal una eximente incompleta por problemas derivados de su adicción a las drogas. En un principio, el ministerio público pedía en su calificación provisional siete años y nueve meses de cárcel.

El periplo delictivo del inculpado comenzó a las 20.00 horas cuando accedió a una clínica de la calle Ribeiro de Canedo de la ciudad. En el mostrador, encañonó con un revólver a la esposa del titular del negocio para exigirle el dinero de la caja. Los gritos de la mujer alertaron al dueño, quien se encaró con el atracador y le hizo frente. La pareja lo convenció para que se quitara las gafas de sol que llevaba puestas, lo que determinó que lo pudieran identificar. Ante este situación, el acusado suplicó que no llamasen a la Policía porque ya había estado en prisión, abandonando el lugar sin apoderarse de ningún objeto.

Veinticinco minutos después acudió, ocultando la cara con las gafas y una gorra, a una carnicería de la calle Rey Soto. Apuntando con un arma a la propietaria, le obligó a abrir la caja registradora para sustraer 375 euros.

En la petición de pena, la acusación pública tuvo en cuenta dos agravantes: la reincidencia (fue condenado en 2010 por el Penal 2 a tres años y medio de prisión por un robo con violencia en una librería) y el uso de disfraz (ocultaba el rostro con una gorra y gafas de sol).

La Policía Nacional lo detuvo en el barrio de Covadonga, un lugar que solía frecuentar para adquirir la droga. Según los agentes, el atracador reconoció que había arrojado el arma de fuego al río.

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