El ourensano Antón Álvarez Sousa, investigador, catedrático y decano de la Facultad de Sociología de la Universidad de A Coruña, ingresó ayer en la Real Academia Galega de Ciencias (RAGC) en la sección de Ciencias Sociales y Económicas
Antón Álvarez Sousa, investigador, catedrático y decano de la Facultad de Sociología de la Universidad de A Coruña, ingresó ayer en la Real Academia Galega de Ciencias (RAGC) en la sección de Ciencias Sociales y Económicas. Este ourensano tiene tres licenciaturas: Filosofía y Ciencias de la Educación, Política y Sociología y Comunicación Audiovisual. Preside, entre otros, el grupo de investigación sobre turismo y ocio de la Federación Española de Sociología. Su discurso de ingreso en la RAGC versó sobre "Doazón de órganos. Factores sociais e propostas de accións".
¿Cómo sienta este reconocimiento?
Es un halago muy grande para cualquier persona que le hagan miembro de la Real Academia Galega de las Ciencias, porque es una forma de participar del debate más puro de la ciencia sobre cómo influyen los distintos aspectos de esta sociedad en la realidad de Galicia. Me siento honrado.
Repasando su trabajo... libros, artículos científicos, investigación... ¡Es multitarea!
(Risas) Bueno, intento compatibilizarlo todo. Cuando se hace algo que gusta es un placer trabajar, lo mismo que te sucederá a ti seguramente. Esto nos pasa a la mayoría de los académicos. Van en ello los sábados, domingos y vacaciones, pero los sacrificios que se hacen se consideran un placer.
Uno de sus libros habla de “El ocio en las sociedades industriales avanzadas". ¿Y su ocio?
¿El mío? (risas). Pues elaborando todo eso. Escribir es una cierta forma de ocio de la cultura griega donde consideraban que el ser intelectual era la forma de ocio por excelencia. Sin querer llegar a ese nivel y al concepto griego de valorar el ocio como tiempo para la ciencia o sabiduría y para disfrutar con la filosofía, lo cierto es que disfruto escribiendo e investigando.
¿Por qué el tema de las donaciones para su discurso de ingreso en la RAGC?
Porque en el 2005 me encargaron un estudio del antiguo Juan Canalejo sobre la donación de órganos . El objetivo era mirar cómo se podía incrementar la donación. Ese tema me parece muy importante y está a caballo entre las ciencias sociales, que es la donación, y la ciencia médica, que es el transplante.
Un tema que adquiere más relevancia a día de hoy. ¿No?
Pues sí, verdaderamente. Es el concepto del altruismo, lo que pasa es que hay que diferenciar entre aquellos que donan por puro altruismo, por el bien de la humanidad, y los que donan por casi puro egoísmo por si un día les toca, que no se vayan a quedar sin un órgano para transplantar. Lo ideal es conseguir una cultura de la donación en la que la gente actúe por altruismo puro y por el bien de la humanidad, y no pensando en ellos.
¿Y cómo se puede conseguir?
Es fundamental enfocar bien todas las campañas de donación para que las actividades que se lleven a cabo vayan en esa línea. A corto plazo puede ser efectivo el altruísmo egoista pero a largo plazo no lo es. A las personas hay que darles valores porque es la mejor manera para que todo funcione bien.
