Apagar los nueve grandes incendios de la provincia costó más de siete millones de euros

Uno de los veranos más duros para los montes ourensanos ha dejado un reguero de viviendas calcinadas, cultivos arrasados y daños muy cuantiosos para la fauna y la flora. Pero el fuego también deja una factura económica que pone los pelos de punta. Los nueve grandes incendios registrados en este periodo estival en la provincia calcinaron 25.033 hectáreas de superficie, según la Consellería de Medio Rural -29.065 según el Sistema Europeo de Información de los Incendios Forestales (EFFIS), del programa Copernicus de la Unión Europea- y consumieron para su extinción más de 7 millones (7.182.570, 96 euros) de las arcas públicas. En 2021, el Plan prevención e defensa contra os incendios forestais e Galicia (Pladiga) implantó nuevas funcionalidades para calcular los costes de extinción de los fuegos, aplicando los costes unitarios y de tiempo de trabajo de los profesionales del Servizo de prevención e defensa contra os incendios forestais (SPIF) de Galicia. Con este método, se persigue facilitar posteriormente la reclamación de los gastos en futuros procesos judiciales contra los incendiarios. La Xunta utilizó esta herramienta en los nueve grandes incendios (más de 500 hectáreas) de este verano en la provincia, a los que ha tenido acceso este periódico. El cálculo del gasto de extinción recoge el coste de los operativos de extinción, sin contar el valor económico de la madera perdida, otras pérdidas materiales (vehículos, enseres domésticos) y las casas calcinadas. Todo esto tendrá también un coste elevado para la Administración, ya que la Xunta dará ayudas por destrucción total de vivienda habitual de hasta 122.400 euros y ha habilitado 4 millones en ayudas para la reposición de explotaciones forestales, agrícolas y ganaderas. El mayor coste de extinción fue el del fuego de Pradoalbar (Vilariño de Conso), que afectó al Parque Natural do Invernadoiro y dejó una factura de 1,79 millones de euros. Quemó, según Medio Rural, 6.999,36 hectáreas (hasta 7.090 según Copernicus) y trabajaron en su control 6 técnicos, 94 agentes, 186 brigadas, 80 motobombas, 7 palas, 9 aviones y 15 helicópteros. El siguiente fuego estival con más impacto para las arcas fue el iniciado en Riodolas (Carballeda de Valdeorras) y que afectó a O Barco y Rubiá, dejando tras de sí 70 construcciones afectadas (más de una decena de ellas, viviendas) y medio millar de desalojados de 10 núcleos de población. El coste de la extinción se elevó a 1,56 millones, tras arrasar 10.500 hectáreas (hasta 12.735 según Copernicus). El dispositivo llegó a movilizar 16 técnicos, 118 agentes, 254 brigadas, 103 motobombas, 5 palas, 12 aviones, 13 helicópteros y a la Unidad Militar de Emergencias. Después, los más costosos fueron los incendios de Laza-Chandrexa (1,4 millones), Lobeira (583.018 euros), O Irixo (561.533) y Verín (535.026). “Os culpables pagarán, non quedarán impunes” Los incendios de Carballeda de Valdeorras, O Invernadoiro y Oímbra (en las parroquias de Videferre y Rabal), originados entre el 14 y el 16 de julio, tuvieron su causa en las tormentas secas de esos días. Entre estos cuatros, consumieron 3,8 millones de euros de recursos públicos para su extinción. Los cinco grandes fuegos restantes, que la Xunta investiga como intencionados, obligaron a desembolsar otros 3,3 millones. La Consellería de Medio Rural es clara. “Queremos deixar claro que se proba que algún lume é provocado, o culpable pagará por todo. Pagará con penas de cárcere e co seu propio patrimonio”. La Xunta es rotunda: “Non quedarán impunes e pagarán co que teñan os gastos de extinción, porque, ademais de danar os montes, poñen en risco a vida de persoas, e iso non se pode tolerar”. VILARIÑO DE CONSO | 1.795.292,64 EUROS El incendio que arrasó más de 7.000 hectáreas del parque natural de O Invernadoiro (Vilariño de Conso) tuvo los costes de extinción más altos de todo el verano, pero al ser causado por una tormenta seca, la Xunta no podrá reclamar los costes de la extinción, en la que participaron 6 técnicos, 94 agentes, 186 brigadas, 80 motobombas, 7 palas, 9 aviones y 15 helicópteros. CARBALLEDA DE VALDEORRAS (RIODOLAS) | 1.560.374,18 EUROS El fuego de Valdeorras quemó 70 construcciones y desalojó 10 pueblos. Solo 12 aviones y 13 helicópteros empleados costaron 888.334 euros. El origen, un rayo, y no hay a quién reclamarle. LAZA | 1.406.384,47 EUROS El incendio se inició Laza y se juntó con el de Chandrexa, hasta calcinar 2.100 hectáreas. Las autoridades sostienen que fue intencionado y el culpable deberá asumir millón y medio de euros. LOBEIRA | 584.018,94 EUROS El más reciente de los incendios forestales, el de Lobeira, arrasó 625,2 hectáreas del parque de O Xurés. El alcalde de Lobeira cree que fue intencionado, pues no hubo tormenta ese día y se inició pasadas las nueve de la noche. O IRIXO | 561.532, 92 EUROS El fuego de San Cosmede de Cusanca (O Irixo) también dejó una factura importante para las arcas públicas tras quemar 680 hectáreas. Fue tratado como intencionado desde el primer momento y se extendió a la vecina Pontevedra. VERÍN | 535.026,78 EUROS El incendio de Verín es el que arroja menos dudas sobre su intencionalidad. Una persona, a bordo de un mismo vehículo, prendió 11 focos en menos de media hora en el entorno urbano de la villa. Si lo pillan, pagará más de medio millón. CARBALLEDA DE VALDEORRAS (CASAIO) | 278.708,82 EUROS Apenas un mes después, el 10 de agosto, el fuego volvía a amenazar Carballeda de Valdeorras, en el pueblo de Casaio. Participaron 1 técnico, 10 agentes, 32 brigadas, 11 motobombas, 2 palas, 9 aviones y 8 helicópteros. OÍMBRA (RABAL) | 363.497 EUROS Uno de los incendios más potentes, atribuible a un rayo, el de Rabal (Oímbra), se llevó por delante 2.100 hectáreas. Las llamas, que llegaron desde Portugal, obligaron a activar la situación 2 por proximidad a las casas. OÍMBRA (VIDEFERRE) | 97.734 EUROS El de Videferre (Oímbra), que calcinó 919 hectáreas, fue el más “económico” a la hora de extinguir, sin llegar a los 100.000 euros. Fue provocado por la tormenta seca y su coste no podrá ser repercutido.