Los aplausos se quedan cortos: gracias por seguir en primera línea

En el epicentro de la crisis también se aplaude. Los sanitarios del CHUO –los que pueden– se suman cada tarde a las ocho a los aplausos y vítores multitudinarios que dan aliento a la primera línea de batalla. La cita de ayer era la sexta desde que se impuso el Estado de Alarma en el país, y aunque muchos creían que no, lo cierto es que cada día en la ciudad se escuchan más gritos desde los balcones, más música y más alegría. Aunque solo sea a las ocho, aunque después los sanitarios regresen a una realidad en la que escasean las mascarillas y los guantes y aunque los demás regresemos a una realidad en la que falta la birra del viernes noche compartida con los colegas. Ahora las citas son telemáticas y los abrazos iconos de WhatsApp, pero al menos, de alguna forma, son. Mientras, toca aplaudir a las ocho, porque no hay sueldo que pague exponerse al riesgo propio por salvar a los demás.