Coronavirus en Ourense

Aplausos, saludos y llamadas

OURENSE 30/03/2020.- Historias del coronavirus. Aplausos solidarios. José Paz

A una sobrina la pararon los de la urbana. Venía de un trabajo social de ayuda y comprobando su fatigada cara no hicieron más comprobaciones. Hago unas cuantas llamadas a amigos, que más hago que me hacen, será porque yo me crea más amigo de ellos que ellos de mi; puede ser, prestos como estamos a decirnos amigos de todos, cuando realmente habría de preguntarse a ellos si tanto de nosotros. Algunos se han confinado en sus aldeas, no tantos como creía porque a los habitantes de un burgo si nos quitas las comodidades de nuestra urbano piso. llegaríamos al desasosiego del usurero Alfio cuando en el campo añoraba la ciudad donde podría cobrar los dineros de sus préstamos. Como en el aplaudite romano en la escena o el foro, las casas del vecindario se animan cada vez con los mismos efectivos pero de más entusiasmo en el batir de palmas, incluso algunos se marcan unos bailes al ritmo de un "oliñas veñen e van". Ya perdidos los mecanismos educacionales de contención, saludamos incluso a los desconocidos de enfrente

Después de gastar palmas doy como de bruces con un libro a modo de revista: El Orense ( que no Ourense, como ahora con cierta precipitación han reconvertido al galleguismo, cuando nada más lejos que un origen basado en el áureo metal). Perdurable, que a punto de salir como el Orense Perdido, si no fuese reconvenido el nombre gracias a Huete, un periodista que memoria dejaría en La Región y en Faro de Vigo, donde fue director. Es una recopilación de los acuarelas de Conde Corbal sobre el Orense antiguo que con un pie de Vicente Risco se venían publicando en el este diario. Ahora releo el libro editado en 1960, prologado por Otero Pedrayo y detallado en los más históricos rincones de la diócesis auriense, como figuraba en muchos documentos, por Ferro Couselo, eximio director del Museo Arqueológico que hace unas anotaciones de la historia de cada rincón y plaza de la ciudad. Para conocer un poco de la historia de esas casas, de esas plazas, rincones de la ciudad nada mejor que de las manos de un pintor y de un etnógrafo.

Más llamadas, que, como dije, más hago que me hacen. En una de largo parlamento con Carlos Pereira, médico en el Hospital Cunqueiro de Vigo, que me dice descongestionado pero muy preparado para cualquier evento. El se ha ido al campo en familia al amparo de la sierra del Morrazo. En otro telefonema, como en tiempos se decía, conecto con Carlos y Tom Risco, recluidos en Cambeo, el uno en sus reportajes para El País y el otro en su música de percusión, y al alimón, tocando y componiendo, porque Carlos, además de a las letras le da a la guitarra y al contrabajo. Estos Risco siempre te originales, incluso matando sus ocios empleando en su particular predio la hoz cuando desbrozadora tienen, porque a Carlos le recuerda el Neolítico cuando el hombre empezó a pasar de nómada a sedentario. Otra llamada me pone en contacto con el acróbata parapentista Pepe Paz(Organya) que como manitas, aplicado en la cuarentena a las obrillas de casa mientras la cónyuge brega en el supermercado con riesgo de infección. Aún más telefonazos, porque, como dije, más llamo que me llaman.

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