Arde un portal abandonado y okupado en pleno Casco Histórico de Ourense

Los vecinos de la zona llevaban más de un año presentando quejas al Concello y a la Policía: al final, el fuego dañó el lugar

Un incendio en un portal abandonado del número 24 de la calle San Francisco dejó sin “casa” al okupa que llevaba más de un año residiendo allí. Eran las 4 de la madrugada cuando un joven presenció las llamas que salían del habitáculo que, en aquel momento, estaba vacío. Los bomberos acudieron para extinguir el fuego que ya se había extendido a los enseres que poseía el morador: un colchón, una bicicleta y la estructura de un sofá.

La persona que habitaba este portal es un hombre joven, que acostumbra a desplazarse en bicicleta o patinete y que, en ocasiones, mendiga en la calle. 

Los vecinos de la zona se asomaban ayer a comprobar lo que había ocurrido. Todo apunta a que el incendio se produjo de forma intencionada, dado que el espacio no tiene electricidad ni ningún tipo de aparato eléctrico. 

“Avisamos a la Policía Local incontables veces”, asegura A.V., que tiene un piso cerca del inmueble quemado. La propietaria de un piso turístico en el mismo bloque, Inma, explica que sus reiterados avisos ante la Administración local también fueron en vano:  “Hablamos varias veces con el Concello y con la Policía, les mandamos  fotos, pero no hacían nada”.  

Los vecinos señalan que el primer problema con el que se topan es la higiene: “Aquí se forma un arroyo de meadas que va calle abajo todas las noches”, indica A.V. “Intentamos quitar el olor echando cubos de agua por las mañanas, pero no hay forma”, dice Inma. Además, en ocasiones se vio obligada a cerrar la cancilla que da acceso al edificio para evitar que se instalasen otras personas en él. 

Además, otros residentes apuntan que sirve de espacio para el trapicheo, rompiendo la convivencia normal en el Casco Vello. 

Desde la asociación de vecinos de la zona, O Cimborrio, señalan que ya habían denunciado la situación con la finalidad de que “los servicios sociales se pudiesen ocupar del chico”. 

Los edificios abandonados, en ruinas u okupados del Casco Vello no arden de forma anecdótica, sino que es una constante de los últimos meses. Durante el 2022 los bomberos de Ourense intervinieron hasta en siete ocasiones para extinguir las llamas de inmuebles en la zona.  Además, estos profesionales llevan tiempo advirtiendo que  el tamaño de las viviendas, en combinación con su disposición -muy juntas- y la cantidad que hay deshabitadas, “podrían suponer un riesgo en caso de una emergencia grave”. 

En la ciudad de Ourense hay 40 viviendas okupadas, según el registro de la Policía Nacional y de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). Suponen el 10% del total gallego, una cifra lejana a los registros de A Coruña, que acapara más de 300.

Esta actividad, que la mayoría de las veces se produce en viviendas que quedan vacías y se transmiten en herencia, aumentó un 25% tras la pandemia. Algunas ubicaciones son las mismas a lo largo de los años, mientras que otras aparecieron desde la pandemia o más recientemente. Entre las más antiguas están Hernán Cortés, O Polvorín o Covadonga. Por otra parte, también se encuentran pisos okupados en A Farixa, las avenidas de Zamora y Portugal, A Ponte, O Vinteún, Barrocás, San Francisco o en O Couto.

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