Los tutoriales de María Quintas en Youtube han conquistado a profesionales de la talla del maquillador de Nicki Minaj o el de Beyoncé.
María Quintas (Ourense, 1993) no es una maquilladora 'al uso'. Su profesión va más allá de las pinturas faciales, integrándose en el arte: una make-up artist inspira y busca reacciones. Los tutoriales que cuelga en Youtube gustan a creativos de la talla del maquillador de Beyoncé o el de Nicki Minaj. Más de 8.000 suscriptores están pendientes de su originalidad y tiene el verano ocupado con las novias que escogen su trabajo para el día más importante de sus vidas.
La vocación la tuvo clara desde la adolescencia, y a pesar de las dificultades, la joven está consiguiendo su sitio en este mundillo. “Mamá, quiero ser maquilladora profesional” probablemente haya sido una de las frases más complicadas que ha pronunciado la joven. Las posibilidades de estudiar esta disciplina en Ourense se reducían y la decisión fue matricularse en Trabajo Social, pero no era lo suyo. Hoy sus familiares y amigos están muy orgullosos de lo que ha conseguido. “Si hace dos años me dicen que voy a estudiar en una de las mejores escuelas de maquillaje de Barcelona, hacer un máster impartido por Val Garland, un videoclip y llenar los fines de semana de verano con bodas; no me lo creo”, relata.
Copiar el maquillaje que lucen celebrities como Rihanna, Jennifer López o Beyoncé es posible gracias al canal de Youtube de María Quintas. Sin embargo, el camino profesional de la joven ha progresado con diversos estudios artísticos a sus espaldas. La formación con la que más ha crecido la ourensana ha sido el curso online sobre maquillaje en la industria de la moda, cuya profesora, Val Garland, es la maquilladora de Lady Gaga. La profesional es una de las más reputadas de la industria y ha trabajado para grandes editoriales como Vogue. Conocedora del currículo de la que iba a ser su futura maestra, cubrió la solicitud del máster con ilusión, pero teniendo presente la escasez de plazas. Entre las 10.000 candidaturas, fue una de las 1.000 elegidas. “Tuve que mandar cuatro o cinco trabajos realizados y una carta de motivación. Escribí que era mi sueño, mi pasión y mi vida y creo que por eso me escogieron”, explica. La experiencia le permitió desarrollar su creatividad al máximo, aunque la inspiración es tarea fácil para la ourensana. “En cuanto me comentan una idea, me llega enseguida”, comenta.
La imaginación de la joven la llevó a crear un maquillaje basado en la leyenda lanzaroteña de la olivina, un mineral que se encuentra en las playas de la isla canaria y evocan la historia de Olivina, una campesina que perdió una oveja y lloró amargamente en el mar, soltando lágrimas verdes. 
María Quintas utilizó este mineral para una de las creaciones artísticas que le exigía el curso: “Difuminé los ojos en negro simbolizando la arena de la playa y coloqué las piedras que traje de allí. También añadí pecas que representaran a una mujer bronceada que vive cerca de la playa”.
Poder trabajar en cine o televisión es una de las metas de la joven. De momento, las novias la hacen disfrutar de su trabajo. Estar al tanto de las tendencias la convierte en la elegida para una fecha tan señalada. “Es muy gratificante que confíen en mí porque es el día de su vida, al final hasta acabo haciendo de asesora y me cuentan todos los detalles de la boda”, declara.
Las estadísticas reflejan el éxito de María, que ha conseguido la recomendación de plata que se otorga en el portal bodas.net, una de las webs más conocidas para la contratación de servicios nupciales. “Que valoren así mi trabajo me emociona, a veces hasta me hacen llorar”, confiesa.
La artista, que sueña con maquillar algún día a Beyoncé, sigue luchando e invirtiendo en sus aspiraciones: “Además de maquillaje, con lo que voy ganando me compré una cámara y ahorro para un ordenador y editar mejor los vídeos”, dice. Aparte del talento, a la joven le sobra pasión para defender el reconocimiento de su labor. “El maquillaje en cine, teatro o televisión es imprescindible, igual que se necesita un director o fotógrafo artístico, un maquillador también tiene que estar”, argumenta.
