"El asma no tiene cura, por eso es importante no dejar la medicación"

Desde el inicio de la pandemia, la sociedad ha puesto el foco en los riesgos del coronavirus. Mientras, otras enfermedades respiratorias, también graves, han pasado a un segundo plano. Hoy se celebra el Día Mundial del Asma con el objetivo de desechar falsos mitos y concienciar a la población. “Es una enfermedad que no tiene cura, por lo que es necesario seguir el tratamiento. A veces los pacientes se olvidan de eso”, explica Paula Iglesias, residente del servicio de Neumología del CHUO. ¿El asma es un factor de riesgo ante el virus? Claro, cualquier infección respiratoria puede aparecer con mayor gravedad entre pacientes diagnosticados con asma. Aún así, es cierto que hay otros factores más determinantes de la gravedad, tales como la obesidad o la diabetes. El uso de mascarilla, ¿puede ser contraproducente para estos pacientes? Al revés. Nosotros somos totalmente partidarios del uso de mascarilla en todo tipo de pacientes. Las pruebas realizadas no han demostrado que disminuya el oxígeno en sangre por utilizarlas. Y en personas con asma, justo por tener mayor riesgo, es más importante, si cabe, la protección. ¿Deberían ser considerados prioritarios en la campaña de vacunación contra el coronavirus? Yo creo que sí, sobre todo en aquellos pacientes más graves, de difícil control con medicación. A estos pacientes se les dan tratamientos inmunosupresores, por lo que tienen más predisposición a cualquier infección, ya que la medicación afecta a su sistema inmune. El asma es una enfermedad conocida, pero ¿se conocen los síntomas? Más o menos. Muchos pacientes llegan a consulta por tos y fatiga, que son los síntomas principales, pero no tienen la conciencia de que pueden tener asma. ¿Es una enfermedad congénita o se puede desarrollar? Hay distintos tipos de asma. Tenemos tanto factores que favorecen su aparición, ya sean propios de la persona (obesidad o embarazo de la madre, entre otros) o externos (como medicamentos o alérgenos), como factores que pueden desencadenar síntomas (como el polen o los ácaros). ¿Falta concienciación entre las personas diagnosticadas? Entre algunas sí. Vemos que la gente no se da cuenta de que es una enfermedad sin cura y que puede no desaparecer. Hay personas que llegan aquí mal, le das tratamiento y lo deja cuando empieza a sentirse bien. Esto es lo que más nos sorprende, creen que el tratamiento es temporal, y cuando empeoran, vuelven aquí, graves otra vez. ¿Hay mucho fumador con asma que no quiere dejarlo? Sí. La gente sigue fumando, sin querer darse cuenta de que el humo del tabaco irrita y empeora la propia enfermedad. Para no desarrollar los síntomas más graves de la enfermedad, ¿qué se recomienda? Sobre todo no fumar y evitar la exposición a los factores desencadenantes. Cuando la persona llega a consulta y le diagnosticamos asma se le hacen varios test en los que vemos qué agentes le afectan más, como ácaros, productos de limpieza o polen, entre otros. Es clave evitar exponerse a ellos para que la enfermedad no empeore. A nivel tratamiento, ¿se sigue avanzando? Sí, se sigue avanzando mucho. Dentro de los tratamientos tendríamos desde lo más básico, los inhaladores conocidos por todos, hasta tratamientos biológicos (de anticuerpos monoclonales) que ayudan a controlar los síntomas más graves.