En su programa de homenajes a sus presidentes, el Ateneo recordó ayer la figura y la labor de Segundo Alvarado, que estuvo en la presidencia entre 1988 y 1990. Se destacó su papel como hombre de arte y de teatro.
El polifacético Segundo Alvarado Feijóo-Montenegro fue presidente del Ateneo desde el 30 de mayo de 1988 al 4 de junio de 1990. La sociedad cultural, que desde el pasado 28 de abril está haciendo un reconocimiento a aquellos socios que ejercieron la presidencia, le rindió ayer un homenaje póstumo. Una mesa redonda y un coloquio abierto al público asistente sirvieron para recordar la labor que Alvarado hizo en pro de la cultura ourensana y en la que destacó como hombre de teatro, de poesía o como crítico de arte.
Marisa Calvo, cuya intervención llevaba por título Alvarado y el grupo de teatro Valle Inclán, destacó el gran papel que tuvo en los chicos de los 60 y los 70 esta agrupación y calificó al homenajeado como un experto en el teatro que no actúaba por intuición sino por conocimiento, introduciéndonos a todos en un mundo mágico y con un aprendizaje divertido. También destacó que Alvarado en aquellos años ya había diseñado una escuela de teatro para Galicia y lamentó que su tremenda labor se perdiera para la ciudad.
Miguel Ángel González García, por su parte, centró su intervención en el Alvarado crítico de arte y hombre preocupado por el patrimonio a través de la páginas de La Región y miembro fundador del grupo Francisco de Moure. Todos los artistas que hoy tienen algo de renombre y comenzaron su labor en los años 50 y 60 siempre tuvieron en él un gran apoyo. Siempre se preocupó por animar a los artistas que empezaban, destacó al respecto.
Marisa Calvo, cuya intervención llevaba por título Alvarado y el grupo de teatro Valle Inclán, destacó el gran papel que tuvo en los chicos de los 60 y los 70 esta agrupación y calificó al homenajeado como un experto en el teatro que no actúaba por intuición sino por conocimiento, introduciéndonos a todos en un mundo mágico y con un aprendizaje divertido. También destacó que Alvarado en aquellos años ya había diseñado una escuela de teatro para Galicia y lamentó que su tremenda labor se perdiera para la ciudad.
Miguel Ángel González García, por su parte, centró su intervención en el Alvarado crítico de arte y hombre preocupado por el patrimonio a través de la páginas de La Región y miembro fundador del grupo Francisco de Moure. Todos los artistas que hoy tienen algo de renombre y comenzaron su labor en los años 50 y 60 siempre tuvieron en él un gran apoyo. Siempre se preocupó por animar a los artistas que empezaban, destacó al respecto.
