A Miguel Ángel B.V. el dinero que supuestamente obtuvo en el atraco perpetrado en la gasolinera de O Pino el 19 de julio de 2019 poco le duró en el bolsillo. La Policía Nacional lo detuvo minutos después y llevaba consigo parte del dinero del botín, según sostiene el ministerio fiscal, que reclama en su escrito de calificación provisional una pena de seis años de prisión por un robo con intimidación y un delito de atentado.
Además, los agentes hallaron en las inmediaciones del lugar de la detención la camiseta con la que el asaltante ocultó el rostro y que a modo de pasamontañas utilizó para evitar ser identificado, aunque no se esmeró demasiado. De hecho, para poder perpetrar su fechoría tuvo que agujerearla a la altura de los ojos. También utilizó otra para envolver el tatuaje tribal del bíceps de un brazo, que en algún momento del atraco se le cayó por lo que tuvo que colocarla de nuevo. Junto a las camisetas estaban el móvil Iphone 6 sustraído a la empleada, una bolsa con monedas (79 euros) y tres blísteres con más dinero.
Empleó unas tijeras
El robo se produjo a las 3.40 horas de la madrugada cuando un varón con la cara tapada con la camiseta agujereada intimidó a la empleada valiéndose de unas tijeras. Está acusado también de un delito de atentado porque, según sostiene la fiscal, lanzó patadas y puñetazos a los agentes que procedieron a su detención cuando caminaba por la calle Casteadona. En ese momento, llevaba consigo 255 euros en el bolsillo trasero del pantalón.
El inculpado, que está en prisión provisional desde entonces, había sido interceptado horas antes, sobre las once y media de la noche, en la avenida Otero Pedrayo de la ciudad tras una infracción de tráfico. La Policía Local le practicó la prueba de drogas y dio positivo a varias sustancias estupefacientes.
La defensa no reconoce el delito pero en todo caso destaca el hecho de que Miguel Ángel estaba drogado, lo que en caso de ser condenado debiera tenerse en cuenta como eximente de la responsabilidad criminal.
Su abogada alega que las grabaciones de las cámaras de la gasolinera no permiten identificarlo, aunque en algún momento se ve el tatuaje. "En ningún fotograma se aprecian las facciones de mi representado, pudiendo tratarse de cualquier otra persona", asegura en su escrito de defensa. Y aunque lo agentes que lo detuvieron lo tienen claro, la letrada dice que "podría tratarse de una mera receptación".
