ATRACO

El atraco de Xinzo se planeó en Portugal la noche anterior

Suceso en Xinzo
12-5-14
photo_camera La furgoneta fue llevada hasta el cuartel de Trasmiras. (MARTIÑO PINAL)

La encargada de la gasolinera fue arrollada cuando trató de recuperar los 12.000 euros del bolso

La Guardia Civil sospecha que en el atraco de la mañana de ayer en Xinzo participaron al menos tres personas, las dos que viajaban en la furgoneta que atropelló a la empleada de la gasolinera de Cepsa Villasana y una tercera que los fue a recoger cuando optaron por abandonar el vehículo en una pista agrícola que une Cortegada (Sarreaus) y Casasoá (Xunqueira de Ambía).

La furgoneta o "carrinha", que fue localizada a unos siete kilómetros del lugar de los hechos, tiene matrícula portuguesa y fue robada, según confirmó el Instituto Armado, la noche anterior en Montealegre, en el país vecino, en donde se ultimaron los detalles del inusual asalto en el que los autores provocaron un accidente para hacer bajar a la víctima del turismo que conducía.

Los hechos sucedieron a las 10,50 horas de ayer en la avenida de Madrid, a la altura del número 50, en Xinzo de Limia, cuando la encargada de la gasolinera Villasana, M.C.B.I., de 40 años, se paró en un semáforo en rojo, en donde recibió un golpe intencionado con un vehículo en la parte posterior de su coche. Cuando se bajó para ver los daños se acercó un individuo, acompañante del vehículo que causó el accidente, que le arrebató el bolso en el que llevaba la recaudación, alrededor de 12.000 euros.

La mujer, según explican las mismas fuentes, intentó recuperar el bolso y fue atropellada por los presuntos autores del robo cuando salió tras ellos (fue alcanzada dos veces). Al lugar, el 061 desplazó una ambulancia asistencial, que condujo al Hospital Cristal a lesionada, quien iba consciente.

Según confirmaron sus compañeros de trabajo en la tarde de ayer, la encargada, vecina de Xinzo, se recuperaba de las contusiones que sufrió en el hospital, en donde iba a permanece hasta el día de hoy.

La víctima del robo con violencia acababa de estar en la estación de servicio, emplazada en el número 108, a unos 500 metros del semáforo en el que ocurrió todo, para recoger la recaudación e ingresarla en el banco.

Los ladrones, según parece, conocían la rutina de la empleada los lunes por la mañana, de ahí que el atraco estuviera planificado con anterioridad.

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