Atribuye la agonía de dos ovejas al ataque de alimañas

Ourense 4/3/20
Juício por maltrato animal en el penal

Fotos Martiño Pinal
El Seprona considera que fueron agredidas por los mastines del rebaño ante la falta de alimentos

El ganadero Agustín M.B. volvió al banquillo del Juzgado Penal 2 por un delito de maltrato animal por no cuidar el rebaño de cabras y ovejas que tenía en Liñares (Nogueira de Ramuín) en una finca de 17 hectáreas que le habían cedido a cambio de que la mantuviera limpia. El inculpado a finales de enero de este mismo año ya había sido condenado -está recurrida la sentencia- a un año de cárcel por dejar morir de hambre a 41 animales en una explotación en A Lama (Barbadás).

En el proceso de ayer, el fiscal le acusa de privar de cuidados a su rebaño, lo que derivó en la muerte final de dos ovejas - hubo que practicarle la eutanasia porque agonizaban cuando el Seprona las encontró-. Dos agentes de esa unidad de la Guardia Civil acudieron a la localidad de Liñares ante las continuas llamadas de los vecinos, que también habían alertado al Concello con una recogida de firmas. Acusaban al ganadero de desatender la cabaña porque las ovejas junto a dos mastines muy flacos vagaban sin control por el pueblo ante la falta de comida y agua, defecando por todas partes e incluso invadiendo fincas particulares. El 17 de julio de 2017 verificaron las quejas: "Había animales en la finca de una casa particular, otras cuatro o cinco vagaban por medio del pueblo, aunque también vimos una muerta y dos en muy mal estado, una de ellas agonizaba, tumbada y con espamos, y otra con graves heridas en los cuartos traseros". Lesiones que el ganadero atribuyó a la acción de las alimañas. Agustín M.B. asegura que ovejas y cabras conseguían eludir el cierre perimetral de la finca  y que los animales en mal estado habían sido atacados por zorros o lobos. Cree que después se refugiaban en el pueblo por miedo.

Los agentes que denunciaron el caso consideran, por contra, que les faltaban comida y que el lobo no las atacó -"solo lo hace para matar"-sino que pudieron ser los perros guardianes debido al hambre.

Por su parte, el inculpado explicó a preguntas del fiscal que iba a diario a la finca- "Que no me vieran los vecinos no significa que no fuese , ya que era muy grande". Explicó que en la explotación había abundante pasto, además de manantiales naturales y bebederos.

El fiscal interesó una pena de dos años de cárcel por dos delitos de maltrato animal. La defensa la absolución y en todo caso, a su juicio, solo cabe hablar de un único delito continuado. 


Un wasap comprometido


El fiscal sacó a relucir los wasaps que le fueron enviados meses antes por el dueño de la finca en los que le instaba, ante las quejas vecinales, a que cuidara de su cabaña ganadera. "Agustín, as ovellas están morrendo de asfixia e de sede", rezaba uno.

El propietario compareció ayer en la vista oral aunque fue algo menos rotundo en su incriminación: durante la instrucción declaró que él mismo les procuraba alimentos y agua a los animales pero ayer dejó claro que "nunca" les había suministrado agua y que la comida solo era para los caballos, que sí estaban en buen estado, y perros.  A la pregunta si estaban o no abandonadas las reses, respondió con sutilezas: "Había animales fuera de la finca". E incluso a la pregunta del abogado de la defensa si había pasto suficiente en la finca: "Pregúnteselo a las ovejas".

Los veterinarios que declararon difieren sobre si los perros guardianes de un rebaño pueden o no atacar al ganado. Una de ellas dijo que era "extrañísimo". Pero los encargados de realizar la eutanasia lo consideraron factible porque "el lobo ataca o mata a las ovejas para comérselas". Y explicaron que también los perros pueden ocasionar pequeñas heridas para jugar y si no se curan van a más.

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