AUDIO | La llamada íntegra del "chantaje": "Que me llame Jácome y tenga las pelotas de decirlo"

La conversación telefónica a la que ha tenido acceso este periódico entre la edil María Fernández Dibuja y el asesor del gobierno local de Ourense, Félix Álvarez, tuvo lugar el pasado 15 de febrero. En ella, se revelan las maniobras de Jácome para forzar la dimisión de un concejal a cambio de un puesto en la Diputación. Este domingo, tras la exclusiva de La Región, los partidos de la oposición salieron en tromba pidiendo explicaciones al alcalde y volvieron a invocar la moción de censura para desalojarlo de la alcaldía. A continuación, se recoge el audio íntegro de la charla. Pulsa en "Listen in browser" para escucharlo La Región · Conversación entre María Dibuja y Félix Álvarez (Concello de Ourense) Félix Álvarez: - Hola María. María Dibuja: - Hola Félix. A ver. F.A.- Quería hablar contigo. M.D. - Es que me quedé en shock con la llamada que me hiciste antes, joder. F.A- No, no. Es que me obligaron a hacerla. M.D. - Pero vamos a ver, el otro día tuvimos una reunión con Armando y la plaza esa es de Miguel, no es ni de Armando ni de Gonzalo, esa plaza es de Miguel. F.A- Ya, ya. No, no, a ver. Yo, María, a mí me dijeron que te diera el mensaje y de verdad que no sé los tejemanejes que hay por detrás, me llamaron y me dijeron, ya que tú te llevas bien con ella, llámala y dile esto. Pues será, me tocó, ¿qué le voy a hacer? M.D. - Vamos a ver. ¿Pero la orden de quién viene? ¿De Armando o de Gonzalo? F.A- No, de Gonzalo. M.D. - La orden viene de Gonzalo. F.A- Sí. M.D. - ¿Y además en qué consiste? ¿Le da igual quién dimita? ¿O tengo que dimitir yo? F.A - Pues no lo sé, no, no no. Da igual. M.D. - Da igual quién dimita, da igual que dimita yo, Manolo, Maite... El caso es que dejemos una plaza libre. F.A - No, no, sí, sí. Algo así. A ver, a ver, yo lo que te transmití. No tengo mayor información. A mí me dicen dile esto, dile esto. Vamos, que tampoco hablaron nada delante mía, así que. Y tampoco quise profundizar en el asunto porque me parece un poco escabroso. M.D. - Hombre, es que no es normal que para que una persona que queramos nosotros meter en la Diputación sean ellos los que decidan. Si le corresponde a Miguel decidir quién entra en la Diputación, lo normal es que lo decida Miguel. Y ahora resulta que no, que tenemos que dimitir uno para meter a esa persona. F.A - Pues es lo que yo entendí. M.D. - O sea que muy bien, nos meten a la persona si nosotros dimitimos, uno. ¡Vamos, fenomenal!, es que yo estoy alucinando. De verdad, Félix, de verdad. F.A - Yo María, yo te digo, yo ahí fui un mensajero, M.D. - Hombre Félix, ya lo sé que tú eres un mensajero. F.A - Y de verdad que estuve todo el rato pensando, joder, tengo que hablar y tengo que disculparme con ella porque yo no tengo nada que ver en este pastel. M.D. - Pero es que no tienen dos dedos de frente, porque meterte a ti en este berenjenal, entiendes, no tienen dos dedos de frente. Lo normal es que me llame o el señor Gonzalo Jácome o el señor Armando Ojea y tengan las pelotas de decirlo. F.A -Ya, bueno, pero qué te puedo yo decir y que tú no sepas. M.D. - Entiendes... F.A - Ya bueno, tú ya los conoces como yo, así que. M.D. - Joder, es que es una mafia, tío. Félix Álvarez: "Ya bueno, tú ya los conoces como yo, así que..." María Dibuja: "Joder, es que es una mafia, tío" F.A - Umm. M.D. - De verdad, Félix, te compadezco por estar ahí metido eh. F.A - (Risas). Nada tranquila, de momento al psicólogo no he ido, así que no te preocupes. Pero bueno, es lo que hay. M.D. - ¿Y quién te llamó a ti? ¿Quién te llamó a ti de los dos? F.A - Me citaron a Alcaldía. M.D. - Te citaron en la Alcaldía. Ah, vale vale. F.A - Sí, entonces. Era para eso. Pero bueno, ¿quieres que le diga algún mensaje, algo, los llamas tú? M.D. - No, nada, tú no les digas nada. Dile: "flipó", dile solamente que "flipó una vez más". F.A - Eso ya se lo dije, flipó. Esta tía quedó flipada. No, es que la llamada yo te la hice delante de ellos. M.D. - Ah, ¿la llamada la hiciste delante de ellos? F.A - Claro, por eso estuve tan seco y tan, y tan borde, tan serio. M.D. - A mí ya me parecía. ¡Qué raro que Félix esté tan así, que Félix sabe todo lo que hay y todo lo que se cuece en ese Concello! F.A - No, no, no, no, no, no, no. La llamada la hice delante de ellos. M.D. - Bueno, lo siento muchísimo F.A - Ellos, para que luego no digan: es que tú, es que tú, es que tú. No, esto fue lo que me dijiste que dijera, esto es lo que dije. Punto y pelota. M.D. - Joder, Félix, como siento que estés metida en este berenjenal. F.A - No, María, no pasa nada. A mí me jodió llamarte a ti, o sea, sabes que este tipo de cosas no van conmigo pero bueno, a veces uno tiene que hacr este tipo de labores para evitar males mayores y dije, da igual. Sé que si no lo hago yo, se lo mandan hacer a otro. M.D. - Manda narices. O sea, que te pusieron en la Alcaldía los dos para que hicieras la llamada. De verdad. F.A - Es surrealista de todo, pero bueno. María Dibuja: "Esto roza, esto roza, es que es chantaje puro y duro tío" Félix Álvarez: "Ya te digo, pero bueno. Pues, pues, es lo que hay" M.D. - Esto roza, esto roza, es que es chantaje puro y duro tío. F.A - Ya te digo, pero bueno. Pues, pues, es lo que hay. M.D. - Bueno, pues nada. ¿Tú que le dijiste al momento, que quedé flipada y nada más, no? F.A - Si, sí. Yo le dije, la tía quedó todo flipada: Yo flipo, yo flipo, yo flipo. Ah, vale vale. M.D. - Bueno. F.A - Entonces, para alucinar, pero bueno. ¿Qué le vamos a hacer? M.D. - Bueno, pues tú tranquilo Félix. F.A - Bueno. M.D. - Ya tomaremos un cafecito. F.A - Sí, ya hablaremos con más calma. Bueno, un biquiño María. M.D. - Lo siento, venga, venga. Chao, hasta luego, chao.