La limpieza general, bajos fondos incluidos, a la que está siendo sometido el Auditorio antes del comienzo de la programación despertó suspicacias. Hubo quién creyó ver los altavoces de costaron 61.000 euros en el contenedor.
Un gran contenedor situado en el Auditorio y repleto de distintos objetos de desecho hizo saltar las alarmas entre varios vecinos de la ciudad. Parecía que entre la basura se encontraban los altavoces que en su día había adquirido el Concello por 61.000 euros a Jolper, la empresa de Gonzalo Pérez Jácome, compra que llegó hasta los tribunales tras una denuncia sin recorrido de la exconcejala socialista Aurea Soto. Pero sólo fue una percepción errónea. Los altavoces continúan almacenados en el mismo lugar donde siempre han estado, ya que nunca tuvieron una utilidad.
El emplazamiento de este contenedor, que estuvo desde el pasado lunes hasta ayer en el Auditorio, respondía, según informaron en el Concello, a las labores de limpieza y mantenimiento que se llevan a cabo durante agosto, al ser este un mes prácticamente inhábil para este espacio.
Se aprovecha para eliminar todos aquellos objetos que han quedado obsoletos o se han roto durante el año. Así, se podía ver entre la basura sillas rotas, moqueta vieja, tableros estropeados, garrafas de plástico vacías, tapas de wc rotas, material de escenografía inservible, y planchas del falso techo que se rompieron durante un incendio.
La confusión con los altavoces, según el Concello, pudo deberse a una especia de carcasas que podrían haber sido confundidos desde lejos.
Pero resultó una falsa alarma. El Auditorio, simplemente, está siendo sometido a una profunda limpieza para comenzar con su programación habitual el próximo mes de septiembre y hacerlo con todos los elementos en perfecto estado de revista, ahora que además también estrenará nueva responsable, la concejal de Cultura, Belén Iglesias.
