La ausencia de lluvia deja sin setas de primavera al monte

“El monte está seco”. Esta afirmación es del experto micólogo valdeorrés Juan Grande cuando explica las razones por las que apenas se encuentran setas en la comarca. “Tiene que llover mucho más. Este año hay muy pocas. No salió nada, en zonas donde cogías una cesta ahora coges una seta”, dijo, refiriéndose a la variedad Chantarellus cibarius. También indicó que los boletus están muy dañados por el mosquito. A pesar de los pocos ejemplares encontrados, Juan Grande sigue realizando salidas al monte y confía en que la situación mejore si cambian las condiciones meteorológicas y esa lluvia tan escasa en los últimos meses vuelve a caer. “Lluvia, lluvia, lluvia; calor tenemos bastante. Este año está fatal”, comentó. Desde la asociación micológica ourensana Os Cogordos, su presidente coincidió en atribuir a la falta de agua de lluvia la escasez de setas en el monte. “Tiene que llover, si no es imposible. Apenas tuvimos algunas tormentas. Si lloviese durante una semana, la tierra se empaparía”. José Luis Rico, al igual que antes hizo Juan Grande, explicó que esta falta de ejemplares que castiga a la provincia ourensana no se da en lugares más húmedos, como la costa de las Rías Baixas. En este sentido, apuntó que la existencia de microclimas en algunas zonas puede favorecer la existencia de un mayor número de setas. José Luis Rico también advierte de que la situación puede variar bruscamente en caso de que comience a llover. “Lo mismo cambia en 15 días. Las setas funcionan por brotes”, comentó. “No llovió nada”, coincidió en señalar otro gran conocedor del mundo de la Micología, Alejandro Mínguez González, de la Asociación Cultural e Micolóxica de Celanova. Explicó que las cantidades que los aficionados pueden recoger del monte son mínimas y que, además, buena parte de las setas están en mal estado. “Tuvimos un otoño seco, un invierno seco y una primavera seca”, dijo. En sus últimas salidas, este micólogo recogió ejemplares de Boletus aereus y edulis, pero también encontró alguna Amanita tóxica, insistiendo en la necesidad de observar mucha precaución a la hora de recoger ejemplares que la persona que busque setas desconozca o no conozca suficientemente. LA MICOLOGÍA ACUSA EL CAMBIO CLIMÁTICO El cambio climático se deja sentir en el mundo de la Micología. “Claro que afecta a las setas”, explicó José Luis Rico, de Os Cogordos, si bien también apunta que los hongos acaban adaptándose a su nuevo entorno. Alejandro Mínguez también esgrime el cambio climático como una de las causas del descenso de variedades que antes se recogían en abundancia, pero también de la aparición de especies nuevas, setas que antes no se encontraban en la provincia y que eran propias de otros climas, como sucede con la Amanita beillei. Al cambio climático, el micólogo de Celanova añade otros dos factores. En primer lugar la despoblación. Con la desaparición del ganado que antes pastaba en los prados, estos se quedan sin setas. Además, el abandono de la tierra propicia que los montes sean invadidos por la maleza, impidiendo su recogida y cambiando el ciclo reproductivo. Finalmente, la acción humana, de mano de los incendios forestales y vertederos incontrolados también repercute negativamente en el crecimiento de los hongos. Pese a todo, este micólogo también ve un lado bueno, un aumento en la sensibilización de quienes recogen setas.