Empleo en Ourense | Las auxiliares de automoción, abocadas a recortar empleos

Las empresas auxiliares de la automoción cerrarán un año muy complejo, incluso más que el 2020, pese a estar éste caracterizado por la crisis del covid y la reducción drástica de la actividad productiva por la pandemia. El sector, que ocupa a más de una decena de empresas y emplea directamente a más de 2.000 personas, vive bajo la “incertidumbre”. A ella se refieren empresarios y trabajadores, que tratan de sortear la crisis de los microchips. Stellantis Vigo, para la que trabajan la mayoría de las industrias locales, acaba de anunciar un nuevo expediente temporal de regulación de empleo y que se aplicaría durante 90 días a lo largo del 2022, afectando a 3.721 trabajadores. El efecto cascada en Ourense es inmediato. Óscar Filgueira, gerente de Galicia Autoestampación, que se ubica en el parque empresarial de Ribadavia, avanzaba ayer que la compañía tendrá que hacer “lo mismo”. La empresa es una de las que forman parte del panel de proveedores de la gran industria y da trabajo a unas 160 personas. El 70% de las piezas que produce tienen como destino los modelos que se ensamblan en Stellantis Vigo. “Tendrá que ser un ERTE espejo del suyo”, reconoce este directivo a la hora de avanzar un futuro que vislumbra “incierto”. Desde el punto de vista sindical, la situación no es muy distinta. Indalecio Gómez, de la sección de industria de la CIG, avanzó que “as empresas do sector están en ERTE e a curto prazo a situación non ten visos de mellorar”. Los comités de las fábricas están manteniendo contactos para ver cómo se encajan los recortes de producción. Roberto Garrido, de Comisiones Obreras automoción, asume que la decisión de Stellantis “supone un problema muy grave para el sector en Ourense”. De todos modos, percibe que la planta viguesa “ha sido la que menos ha parado por culpa de la crisis de los microchips y la cadencia de producción se mantiene alta”. Faurecia, una de las empresas más importantes del sector en Ourense, tiene un ERTE firmado por UGT y la CIG pero no se ha aplicado en su totalidad. Garrido indica que se acude a la llamada bolsa de horas para absorber las paradas de Stellantis, pero también de Renault en Palencia, para la que sirven piezas. La sombra de las dudas señala por igual a todas las empresas, “porque toda la cadena de suministros tiene el mismo problema”, explica Alicia Gómez, gerente de Inplasor Galicia, otra de las auxiliares de la automoción. Radicada en San Cibrao, tiene cerca de medio centenar de trabajadores y un 30% de su actividad tiene que ver con Stellantis. Teme que se confirmen “las noticias poco alentadoras que se están oyendo para el 2022” y que una eventual recuperación “no se produzca hasta después del verano”. Coincide con esa apreciación de futuro Óscar Filgueira, pero matiza que la crisis no solo es por la falta de chips para los coches, sino también “por la crisis de las materias primas y el desabastecimiento, pero también la gran subida de los precios en materiales como plásticos, elementos de cartón y otros”. Por lo tanto, el sector encara unos meses complejos en los que los empleos pueden estar amenazados. Hispamoldes Por otra parte, Hispamoldes, una de las empresas del sector en Ourense que es propiedad del fondo de inversión Quarza, atraviesa una situación compleja. Los sindicatos urgen carga de trabajo para evitar una crisis mayor. Indalecio Gómez, de la CIG, señaló ayer que temen “que poida haber deslocalizacións, que se poida levar a producción a outros sitios e desmantelar a fábrica de Ourense, deixando aquí únicamente o departamento de enxeñería”. A este respecto, fuentes de la empresa indicaron ayer que esta opción ni ha estado ni está en estos momentos sobre la mesa. Los concesionarios tratan de reducir el plazo de entrega, que llega a cinco meses La distribución de vehículos es el eslabón final de la cadena, y también está sufriendo. Con las fábricas condicionadas por la escasez de componentes, los concesionarios deben aplazar las entregas hasta cinco meses. Jorge Rúas, jefe de ventas de Stellantis &amp; You en Ourense (la antigua PSA Peugeot Retail), reconoce que la crisis de los microchips “está castigando a todo el sector, no solo a la fabricación”. Por lo tanto, los plazos se adaptan “a la disponibilidad de los vehículos y se tienen que revisar en muchas ocasiones las previsiones de entregas”. Sin embargo, en la concesión tienen claro que “al cliente hay que darle soluciones, hay que darle movilidad, no podemos dejarles tirados”. Desde ese punto de vista, aboga por manejar adecuadamente los pedidos “y perfilar una estrategia para salir de esta crisis, como hemos salido ya de otras”, dice Rúas. Jaime Cougil, gerente de Tomovil (concesionario Ford), reconoce “falta de producto”, pero también la marca estudia cada pedido para ver cómo puede satisfacer las necesidades del cliente. En todo caso, Cougil adelanta que en el primer trimestre del 2022 aún habrá problemas con las entregas de coches nuevos, “pero en el segundo ya irá mejorando la situación y creemos que se normalice totalmente en el segundo semestre”.