AVE EN OURENSE

El AVE gallego copó uno de cada dos euros destinados a la alta velocidad

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photo_camera Con la perforación del de Requejo, quedaron dispuestos todos los túneles.

El año que ahora acaba fue decisivo para el impulso de esta infraestructura, con importantes licitaciones de obras y suministros

El año 2018 comenzó con mal pie para la alta velocidad. Licitaciones y adjudicaciones que tenían que haber sido realizadas en 2017 estaban todavía pendientes, tras un ejercicio en el que se devolvió el 37% del presupuesto adjudicado al trazado gallego por incapacidad de ejecutarlo. Las promesas iban por delante de los hechos y el gobierno de Rajoy esperaba que el año 2018 podría inaugurar seis nuevos tramos de la red de alta velocidad española, incluyendo el de Zamora a Pedralba de la Pradería. Solo consiguió estrenar uno, el de Valencia a Castellón, y el tren inaugural llegó con media hora de retraso. Aunque Íñigo de la Serna se esforzaba por acelerar las tramitaciones, arrastraba una inercia de su predecesora que escribía sobre el papel presupuestos que luego no llegaban a las obras, casi todas y sobre todo las de la provincia de Ourense, ralentizadas.

El acelerón comenzó en marzo, con la licitación, en una semana, de obras y suministros por importe de 85 millones de euros, una cifra que no se recordaba desde hacía seis años. Mientras tanto, en los primeros días de ese mes comienza el montaje de la vía entre Zamora y Pedralba, con un ritmo de casi cinco kilómetros diarios, tan solo interrumpido en los meses de julio y agosto. El 9 de octubre quedan conectados los dos extremos del tramo: la estación de Zamora y el cambiador de ancho de Pedralba de la Pradería.

En abril no hay nuevas licitaciones, pero se adjudican obras y suministros por valor de 42 millones. La cifra, entre licitaciones y adjudicaciones se eleva a 50 millones en mayo y, en un solo día, en junio, se licitan 78,4 millones.

El cambio de gobierno y de ministro de Fomento supone un espaldarazo a la línea de actuación del Adif en Galicia y lo demuestra poniendo al frente del administrador ferroviario a la gallega Isabel Pardo de Vera.

En el tercer trimestre del año quedaron licitados prácticamente todos los contratos que eran necesarios para que los trenes de alta velocidad pudiesen llegar a la estación de Ourense. Eso sí, con un margen de tiempo tan ajustado que el más mínimo contratiempo podría demorar la finalización de las obras, prevista para diciembre de 2019 a los primeros meses de 2020. Sin embargo, esa contingencia no impidió al ministro de Fomento José Luis Ábalos anunciar en su primera visita oficial a Ourense, en el mes de octubre, que en 2020 Ourense y Madrid estarían unidas por trenes AVRIL de última generación en un tiempo de viaje de dos horas y cuarto. Unos días después, el director general de construcción de Adif, Juan Pablo Villanueva, anunciaba en una entrevista en exclusiva a La Región, que el trazado del AVE gallego quedaría concluido en 2019 con una capacidad suficiente para que circulen entre Ourense y Madrid 19 trenes en cada sentido.

El buen tiempo sopló en favor del AVE gallego y algunos subtramos fueron finalizados antes de lo previsto e incluso se adelantó en más de un trimestre la previsión de la infraestructura más retrasada: los viaductos de As Teixeiras. Como consecuencia de este impulso, los dos tramos en obras del AVE gallego,desde Zamora a Ourense coparon en 2018 uno de cada dos euros que Adif invirtió en las líneas de alta velocidad en construcción, y Ourense recibió más que todas las obras de Asturias, País Vasco y Extremadura juntas. 


Talgo ya está fabricando el AVE gallego


Para cumplir el objetivo de 2020, tan importante como que la infraestructura esté finalizada en 2019, o en las primeras semanas de 2020, es que haya trenes. En abril de 2018, Talgo, la empresa que tiene el encargo de fabricar los primeros trenes de alta velocidad capaces de circular por vías de ancho ibérico rompía sus relaciones con ABB, el fabricante suizo que se iba a ocupar de la tracción de las unidades de la serie 122. La bolsa respondió con una bajada en el valor de las acciones de la empresa española ante la incertidumbre que esto suponía a la hora de cumplir el contrato con Renfe. Semanas más tarde, un acuerdo con la empresa vasca Ingeteam despeja la incógnita y en verano comienza la fabricación de los trenes AVRIL, mientras Renfe le ampliaba el encargo de 15 a 30 unidades. Algunos de esos nuevos trenes serán fruto del reciclaje de varias composiciones de los antiguos trenhotel que dejaron de prestar servicio por la red ferroviaria española. Solo dos gallegos siguen en activo y son los dos únicos trenes nocturnos que enlazan cada día las ciudades gallegas con Madrid y con Barcelona. El primero de ellos, con los días contados, una vez que se estrene el AVE.

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