EN OURENSE

El AVE, vías de alta capacidad, Museo Arqueolóxico o Archivo, algunas de las eternas promesas

El proyecto del complejo de San Francisco, en la ciudad, ultima su última fase tras casi dos décadas en obras

Las principales carencias en inversión pública en la provincia de Ourense tienen nombre y apellidos durante los últimos años. No son pocas las infraestructuras comprometidas tanto por el Estado como por la Xunta que, incluso con partidas consignadas desde principios de siglo, no pasan del papel y se difuminan cada ejercicio para aparecer en las siguientes cuentas como si del río Guadiana se tratase. En otras actuaciones, sin embargo, sí se han movido las máquinas, pero los plazos se han ido dilatando respecto a las previsiones iniciales, en algunos casos más de una década, convirtiéndose en eternas promesas.

El proyecto estrella por el que espera la provincia de Ourense es el AVE con la meseta. En 15 años, el Ministerio de Fomento ha destinado casi 3.500 millones, cuando el presupuesto de la línea asciende a 2.300 millones, restando todavía por delante dos ejercicios, ya que la fecha de finalización de la obra está prevista para finales de 2019. Existe también expectación por el futuro de la variante exterior, que apareció consignada por primera vez este año, pero con una partida muy modesta, reservándose lo sustantivo a partir de 2019.

En materia de infraestructuras, pero viales, las circunvalaciones, tanto en la ciudad como en otros puntos de la provincia, y las vías de alta capacidad, se han convertido en actuaciones para aumentar la inversión consignada, pero sin licitaciones de obra.

Una actuación simbólica es la denominada variante norte (3,7 kilómetros entre Eirasvedras y Quintela), que desde 2003 acumula fondos por importe de casi diez millones aunque no se haya movido una sola piedra. Precisamente, en este ejercicio la partida para iniciar las obras era de 3,7 millones, con el compromiso del Ministerio de Fomento de licitar los trabajos antes de que termine el año, pero que aún no ha sucedido.

También en la ciudad, la Xunta apostó durante varios ejercicios por la circunvalación este, para completar el vial que parte desde la OU-536 hasta Seixalbo, pero que ya ha dejado de aparecer en las cuentas autonómicas, que sí harán realidad, tras contemplarlo desde 2011, el enlace del Polígono de San Cibrao con la A-52, que por fin se pondrá en marcha en 2018.

Más incumplimientos
Por otro lado, la comarca de Valdeorras también se ha convertido en una de las principales damnificadas por la falta de infraestructuras. O Barco espera desde hace años por la circunvalación entre la N-120 y la N-536, pero sobre todo por la autovía A-76 que debe enlazar Ourense con Ponferrada y que, pese a tener aprobados varios proyectos de tramos, espera por la publicación en el BOE que permita licitar las obras. La poca concreción también es palpable en la A-56 (Ourense-Lugo).

Fuera del Ministerio de Fomento, los problemas con la nula ejecución presupuestaria también son palpables. Es el caso, por ejemplo, del Archivo Histórico y de la Biblioteca Pública que están culminándose en el complejo de San Francisco, que sobre el papel lleva un presupuesto superior a los 40 millones desde principios de siglo, más del doble de lo que costará realmente.

En el Ministerio de Cultura saben también de la necesidad de poner en marcha, cuanto antes, la rehabilitación del Museo Arqueolóxico, una instalación que cerró en 2002. Partidas ínfimas durante los últimos años, con 100.000 euros por ejemplo en el 2016, llegaron a provocar el enfado público del alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez, que remitió una carta al Gobierno central lamentándose de la situación.

En materia educativa, por su parte, existen también compromisos que llegaron a aparecer en las cuentas de la Xunta, como la construcción de un Instituto de Secundaria en Barbadás, pero el municipio continúa esperando. 

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