ENTREVISTA

Baldomero Moreiras: "Hay que llevar a los niños a las salas, que vean exposiciones"

Baldomero Moreiras
photo_camera Baldomero Moreiras.

Los que conocieron al "Tucho" del Volter recuerdan un hombre con sombrero y cigarro. Baldomero Moreiras (Celanova, 1955) homenajea en su exposición " Chapó-Chapeau" a este personaje del Ourense de antaño

Los que conocieron al "Tucho" del Volter recuerdan un hombre con sombrero y cigarro. Baldomero Moreiras (Celanova, 1955) homenajea en su exposición " Chapó-Chapeau" a este personaje del Ourense de antaño. No es el único "ilustre" que inspira esta muestra, que mezcla arte y moda a través de un soporte común: un sombrero. Se exhibe hasta el próximo 27 de febrero en el Espacio de Arte Roberto Verino. 

Ourense es cuna de la moda. Un elemento que nunca había mezclado en sus obras.

Fue lo primero que se me ocurrió cuando me propusieron exponer en el espacio Roberto Verino. Quise hacer un juego, un punto de encuentro y ligar su mundo con el mío. Tuve la idea de un soporte, un sombrero, que podía ser una línea de entendimiento. A partir de ahí, cuento pequeñas historias.

Pequeñas historias que también son de Ourense.

Son doce. En una de las obras hago un homenaje al señor Tucho del Volter, que usaba sombrero. Era amigo mío. Conservo una carta suya y a partir de un dibujo de Vidal Souto creé la pieza. A Roberto Verino también le dedico una pieza que se llama: "Pétalos, botóns, tesoira e botella hilvanada". A mi amigo Marí Moretón le dedico otra. Se pueden contar historias con sombreros, como aquí. 

Y a su mujer, Ana.

"Pamela para camiñar por un lameiro sen vacas". Nuestros "lameiros" están vacíos, hace muchos años pintaba "lameiros" sin vacas en una serie. Por desgracia cada vez son más los que están vacíos. Ver hoy una vaca es increíble.

Un texto de "El Principito" acompaña a la exposición. El de la boa que se comió al elefante. ¿Por qué?

 Es un fragmento que me pone los pelos de punta. Se da cuenta de que los mayores no entienden nada. Por desgracia, todos los niños pintan a los 6 años y a los 14 lo dejan. ¿Quienes son las influencias para que los niños dejen de pintar? Es terrible.

¿Reivindica esos sueños de infancia?

Claro. A un niño no se le pueden cortar las alas, y menos en la creatividad. Hay que llevar a los chavales a las salas. Yo visité el Museo del Prado cuando era niño y sigo volviendo, es una casa más para mí.

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