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La batalla contra el minifundismo deja 77.000 parcelas menos en 10 años

Un terreno rústico en Quintás de Reádegos (VIlamarín) (ÓSCAR PINAL).
photo_camera Un terreno rústico en Quintás de Reádegos (VIlamarín) (ÓSCAR PINAL).

Las iniciativas para poner en valor terrenos del rural da frutos, pero Ourense tiene tantas fincas como Extremadura y Andalucía

La batalla contra el minifundismo continúa en Ourense como una lucha sin cuartel. La provincia tiene tantas parcelas en sus montes como toda Andalucía y  Extremadura juntas. Y todo ello pese a que en la última década se redujo en 78.000 el número de ellas, lo que supone un descenso del 2,1%% sobre el número total. Es todavía una cifra modesta, que contrasta con el 6% que de reducción de terrenos en A Coruña y Pontevedra, y algo más del 3% en la vecina Lugo. 

 El objetivo que se marca la Xunta de Galicia no es tanto reducir ese número de parcelas, sino entrar en un nuevo modelo de concentrar sus usos, es decir, mantener la propiedad de las parcelas, pero que puedan ser usadas para proyectos grandes. Aprovechar las hectáreas de monte infrautilizadas, poniendo en valor terrenos y creando actividad económica, al mismo tiempo que se lucha contra el abandono. A finales del mes que viene saldrá el borrador de la Lei de recuperación e posta en valor dos terrenos agrarios, que tiene entre sus puntos clave la creación de polígonos agroganaderos y forestales, y con el reto de darle el empujón a esta movilidad de tierras. 

Según los datos 2018, la provincia tienen su superficie rústica dividida 3.637.000 parcelas, reduciendo de forma drástica su cantidad, ya que una década atrás eran 3.715.000. Sigue siendo la provincia de España con un minifundismo más pronunciado. No hay quien le haga sombra.

 Pero los proyectos de puesta en valor de la Xunta de Galicia, usando el Banco de Terras  como intermediario, va dando sus frutos. "En ningún caso los arrendatarios pierden la propiedad", resalta Miguel Pérez Dubois, director xeral de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural (Agader). 

Ante la situación actual, los vecinos necesitan involucrarse en los proyectos que mantiene la Consellería de Medio Rural, como parte del intento por plantarle cara a una situación que ahoga el futuro de los pueblos.Según la estadística de la Dirección General del Catastro, el 68% de las superficie rústica de la provincia se corresponde  a "pastos y terrenos incultos" –es decir, que nunca fueron cultivados– , la cifra más elevada de Galicia y la cuarta de España, solo por detrás de las provincias de Asturias, Cantabria y Las Palmas. 

"Tenemos más parcelas solo en Ourense que en toda Andalucía y Extremadura, pero el minifundismo puede ser una oportunidad", señala Dubois. El reto al que se enfrenta el rural ourensano, necesitado nuevas vías para poner en valor los terrenos rústicos, pero también un halo de esperanza, ya que quien quiera puede acceder a invertir en el rural y hacerse con terrenos para ello. En Andalucía, no pueden decir lo mismo. Ya hay casos de éxito, que deben ir a más. 


Casi 400.000 propietarios


Los datos del Catastro hablan por sí solos. Los terrenos rústicos  en Ourense tienen 399.428 propietarios, la segunda cifra más alta de todo el país, solo por detrás del más de medio millón de propietarios agrarios de A Coruña. Hay, por ejemplo, casi seis veces más de propietarios agrícolas en Huelva, o casi cuatro veces más que en Sevilla. 


El caso de éxito en Bustelo, un espejo en el que mirarse


La movilidad de tierras con proyectos de recuperación de los usos por parte de empresas agrarias, bodegas, cooperativas... va a más. El caso más reciente es el de Cualedro, o el de Osmo (Cenlle), pero no son únicos. Hay ejemplos de éxito, como el de Bustelo (Vilardevós), el primero de este tipo de recuperación de terrenos que se llevó a cabo en Galicia, en 2011. Ocho años después, sigue funcionando y las 100 hectáreas de monte vecinal mancomunado y otras parcelas acogen la plantación de viñedos más grande de la Denominación de Orixe Monterrei. El Banco de Terras sirvió como intermediario. Se incorporaron 80 parcelas de 60 propietarios, gran parte sin explotar. El proceso incluyó localización de los predios, identificación de las parcelas de cada propietario, revisión de documentación y levantamiento topográfico. Se firmaron 160, dos por cada parcela –uno entre propietario y Banco, y otro entre Banco y empresas vitivinícolas–. El caso más reciente es el de Arnoia, que comienza una nueva iniciativa para recuperar terrenos en desuso. Medio Rural ya hizo un análisis preliminar de A Renza, Sendín, Sadorno y Remuíño. Se calculó que hay más de 10 hectáreas productivas. Los técnicos estudian ahora si se puede iniciar un proyecto, para después contactar con los vecinos. 

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