CRIMEN DE ABADIÑO

Benito Quintairos, culpable de dos asesinatos y un incendio

photo_camera Benito Quintairos, acompañada de su abogada, durante el primer día de juicio.

El jurado popular responsabilizó al empresario ourensano de la muerte de su mujer y su suegra por unanimidad

Benito Quintairos, natural de Atás (Cualedro), fue declarado ayer culpable de los asesinatos de su mujer, Mari Luz Alejos, y de su suegra, Amelia Rodríguez, en diciembre del año 2014, en la localidad de Abadiño (Vizcaya). 
El jurado popular (seis hombres y tres mujeres) con el que se celebró la vista –comenzó el pasado día 11– en la Sala Segunda de la Audiencia Provincial de Vizcaya, incluye las agravantes de parentesco y alevosía, además de culpar al ourensano de un delito de daños de incendio, dado que prendió fuego a su empresa y causó daños en dos naves industriales colindantes. El veredicto del jurado, dado a conocer ayer tras dos días de deliberación, fue por unanimidad.


Tanto la Fiscalía como la Abogacía del Estado, la acusación particular en representación de la familia y la acción popular de la asociación Clara Campoamor, defendieron  durante el juicio que Quintairos Folgoso cometió dos delitos de asesinato con alevosía y agravante de parentesco, por los que solicitan una pena de 20 años de prisión por cada uno de ellos, a los que suman otros tres por un delito de daños.
Su defensa defendió que se trataba de dos delitos de homicidio y planteaban que el acusado actuó como consecuencia de un "arrebato" y, además, confesó los hechos. Por ello, solicitó una pena de diez años por cada una de las muertes.


El acusado ya había reconocido ser el autor de los dos crímenes, tanto en su declaración en comisaría como durante el juicio.

El pasado lunes, Benito Quintairos, en un alegato con el que se daba por finalizada la vista judicial, dijo que "acepta y necesita" la condena, al tiempo que volvía a pedir perdón a sus familiares, principalmente a su hijo. "Sé que no me van a perdonar, pero es mi obligación y mi deseo solicitarles su perdón", aseguró.
Los dos asesinatos fueron perpetrados en su vivienda en la citada localidad de Euskadi, donde llevaban años residiendo. Su empresa arrastraba deudas y su mujer se negó a ayudarle, aunque este no fue el único motivo que le llevaron a perpetrar las dos muertes. Durante el juicio, quedó claro que tenía una amante, con la que habría concebido a una niña. 

UN MATRIMONIO MUY APRECIADO EN ATÁS

Benito Quintairos se desplazaba con frecuencia, en compañía de su mujer e hijo, a la localidad de Atás (Cualedro), donde tienen una casa unifamiliar. Su esposa se pasa la mayor parte del tiempo, según comentan los vecinos, realizando fotografías por los montes de la zona. También solían salir junto con su esposo a practicar deporte.
El vecindario aún no acaba de creer, pese al paso del tiempo, el doble asesinato y sigue cada una de las noticias que llegan desde la Audiencia de Bilbao.
En el pueblo residen parte de su familia, que arropan a su único hijo, de 25 años, que, según quedó demostrado en el juicio, conocía la doble vida que llevaba su padre.
Lo sabía desde el año 2010, cuando fue arreglar el ordenador de su padre y descubrió los correos electrónicos que le envía a la amante. Entonces, le pidió explicaciones y le prometió que iba a terminar  con esa relación, cosa que no hizo. 

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