Benposta y su 15 de septiembre (60 años)

El 15 de septiembre es por excelencia la fecha de fundación de Benposta Ciudad de Los Muchachos en Ourense.

Todo comenzó como un sueño y se desvaneció como una pesadilla. 60 años han pasado desde aquella maravillosa fecha de 1956 y por allí hemos pasado miles de muchachos y muchachas de múltiples nacionalidades; unos contentos, otros no tanto. Desafortunadamente, Benposta Ourense acabó cómo el “rosario de la aurora” pero las vivencias que nos hemos llevado son imborrables. Por allá en Colombia sigue funcionando Benposta con la misma filosofía adaptada a ese gran país.

En estos 60 años se han vivido tantas historias como para hacer tres o cuatro películas, siempre contando lo bueno, porque si cogemos lo malo podríamos hablar de otras cuatro. ¿Para qué hacer sangre del asunto?, sería bueno dar carpetazo y seguir viviendo. Me gustaría escribir de muchas anécdotas vividas en estos sesenta años, para los que no me da la edad, pero sé con toda seguridad que mis hermanos benposteños que arrancaron en la zona de las Burgas por la calle Progreso fueron felices iniciando este camino, iniciando esa forma de vida. Qué decir de la valentía de nuestro cura, personaje allá dónde esté (Q.E.P.D.) que generó muchos amigos y enemigos, que luchó por unos ideales y con un gran corazón.

“Los fuertes abajo, el débil arriba y el niño en la cumbre”, he ahí el pilar fundamental de la filosofía benposteña. Pensar que el mundo podría funcionar así siempre fue y será una utopía por no llamarle locura. El sistema nos ha absorbido para bien o para mal, pero qué bonito sería aprender a pensar con las manos, aprender a pensar con la mente, aprender a pensar con los demás, aprender a pensar con el cuerpo, otras de las enseñanzas de lo que le llamábamos “Benpostología”. Benposta Ourense se cuestiona llegando a tildarlo de proyecto fracasado, y sería injusto tratarlo de esa manera. Se han dado muchas circunstancias para que así fuese y se han escrito ríos de tinta, pero no tiraré una línea más en mencionarlas.

Yo propongo a la hermandad benposteña que todos unidos podamos rendirle un homenaje a nuestra ciudad, a nuestra Benposta, enseñarle a la ciudadanía ourensana que aquí estuvimos y que merece estar en el recuerdo de Ourense, sin pedir honores, pero un buen recuerdo sería justo y no un mal recuerdo cómo también los hay. En Benposta crecimos much@s, nos forjamos en la honradez y elegimos así a nuestras autoridades, esa democracia en la que nos regíamos. Aprendimos a hacer política también, nos enseñaron a ser serviciales ante los demás y a poder trabajar en los escenarios más duros con la convicción de que otro mundo es posible.

Benposta siempre fue nexo de unión entre todos los que por allí pasamos. Detalles que marcaron Benposta fueron la camella que comía papeles, la mona María, el Trapabochas, la tómbola de Barcelona, la etapa que vivieron con el globo en Las Ventas y muchas vivencias que se podrían contar. Yo jamás olvidaré aquel fin de año de 1996. Si todos los hombres del mundo se diesen la mano, ninguno podría odiar a su hermano, si todos los hombres del mundo mirasen al cielo, el mundo sería una estrella de paz, justicia y de amor. Alegría y hermandad es el lema de nuestra ciudad.

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