LÁMINAS CON HISTORIA

Un Biscuter con marcha atrás, arranque eléctrico y a plazos

El coche fue comercializado en la década de los 50 en Ourense por la empresa de Ramón Pérez Rumbao

La lámina que entrega hoy La Región dentro de la colección Publicidad con Historia hace referencia a uno de los mitos de la automoción española, el famoso utilitario Biscuter, el primer intento por dar una solución a la demanda de movilidad que comenzaban a plantear los españoles a mediados de la pasada centuria. El anuncio lo insertaba en el periódico la empresa Ramón Pérez Rumbao, que durante la mayor parte del siglo pasado y en la actualidad continúa siendo uno de las firmas punteras en el mundo de la automoción en Galicia.
El anuncio fue publicado en el año 1956 e informaba de que el Biscuter incorporaba la marcha atrás. En un tono directo y en primera persona, señalaba "Siguiendo la marcha, hoy ya tengo marcha atrás. Ello completa al máximo mi gran y reconocido rendimiento, tanto en la ciudad como en el medio rural, o en la práctica de los deportes con el 'utilitario' Biscuter".
El origen de este coche diminuto se sitúa en  la Francia de finales de la década de los 40 y en una Europa con fuertes dificultades económicas tras la Segunda Guerra Mundial, en la que  se popularizaron este tipo de vehículos.
Su promotor fue un diseñador de aviones, Gabriel Voisin, que proyectó un coche diminuto al que llamó 'Biscooter'. El Francia el modelo apenas suscitó interés, pero sí caló en España y la firma Autonacional S.A. de Barcelona compró la licencia. Aquel modelo original era sencillo al máximo: sin puertas, ni ventanas, ni marcha atrás y arrancaba con un tirador. Autonacional comenzó a fabricarlo en 1954 y una amplia red de concesionarios comenzó a distribuirlo por toda España con el nombre de Biscuter, aunque popularmente le llamaban como "Zapatilla", por su perfil parecido a una zapatilla.
Uno de esos primeros concesionarios que lo comercializaron fue Ramón Pérez Rumbao. Esta empresa ya superaba en aquellos momentos los 30 años de edad. Fundada en 1920 por José Ramón Pérez Cid, comenzó vendiendo camiones de la Segunda Guerra Mundial y de maquinaria agrícola. Fue evolucionando con los años y en la década de los 40, ya con Ramón Pérez Rumbao al frente, amplía su campo de actuación a otros campos y aparece, por ejemplo,  como uno de los establecimientos que vendían ruedas para vehículos en Ourense.

Ruedas “racionadas"
En la ciudad había cuatro representantes autorizados: Pérez Rumbao, con las Pirelli; "Lago y Lago" y José Manuel Álvarez, con as Michelín, y la Ferretería Manuel González, con las Firestone. La venta de ruedas estaba sometida al cupo del racionamiento y cualquier transacción que se realizara necesitada de autorización gubernativa, por lo que La Región publicaba periódicamente la relación de ourensanos a los que se autorizaba la adqusición de ruedas en alguno de los concesionarios.
Por otra parte, Pérez Rumbao fue una de las firmas pioneras en la venta a plazos, tanto de camiones y maquinaria agrícola, como luego de los turismos como el Biscuter. Así, la lámina que entrega el periódico recuerda el departamento "Facilitas" que, según señala, "le ofrece a usted hoy hasta en 18 mensualidades, la gran oportunidad de adquirir su 'utilitario' con arranque eléctrico.
Cuando el Biscuter irrumpe en el mercado español, en torno a 1954, Pérez Rumbao ya había orientado su actividad hacia la automoción y el Biscuter fue uno de sus referentes. Sin embargo, el éxito del utilitario apenas se prolongó media docena de años.
En 1957 salen de sus instalaciones de Pérez Rumbao, aún en la calle del Progreso, las primeras unidades del Seat 600, el coche que echará paulatinamente de las carreteras al humilde Biscuter, de las que desaparece entre 1959 y 1960.

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