Locales de todos los tamaños celebran desde ayer y todo el fin de semana el Black Friday, motivo por el cual se dejaron ver a lo largo del día por las calles ourensanas miles de personas cargadas de bolsas. Algunos de ellos incluso aprovecharon para adelantar sus compras navideñas.
En el Centro Comercial Ponte Vella cambian tickets de compra por ositos de peluche. La campaña triunfa entre sus clientes, que hacen cola y eligen entre cinco colores. "Es una forma de agradecerles", explica Marcos Vila, gerente del área comercial. La promoción dura hasta el domingo, y las tiendas estarán abiertas también ese día. "No se puede comparar la afluencia con años anteriores, pero estamos muy satisfechos", celebra.
Desde la tienda de regalos Nikis Galicia Style lamentan un efecto dominó tras las restricciones: "Todo el cierre de la hostelería nos ha afectado mucho, por toda la gente que salía a pasear y tomar un café". Viven sobre todo del cliente fiel: "Este año se notó mucho la falta de turistas, excepto durante el verano. En cuanto se cerró el perímetro todo se vino abajo".
María Otero aprovecha para adelantar compras: "Agora, ao saírse pouco, mércase menos roupa e todo vai a menos", lamenta. Hay excepciones, como Marisa Lloves: "He prometido comprar algo todos los días. Es mi manera de evadirme y ayudar al comercio, porque cuando los escaparates no se iluminan la ciudad no tiene vida".
Críticas desde el pequeño comercio: "Es una salvajada celebrarlo este año"
Pablo Rodríguez, de Sombrerería La Lucha, está en contra del Black Friday: "Viene impuesto desde fuera y al único que beneficia es a Amazon. Es una salvajada que se celebre este año, ponerse a tirar precios con lo jodida que será esta campaña de Navidad. Debería estar prohibido". Desde la BANG! Tattoo & Fun Store tampoco creen que sea el momento: "Los precios del pequeño comercio son ya muy ajustados. Si hacemos Black Friday, lo siguiente es bajar la persiana".
En Calzados World Mujer, los globos del "viernes negro" se inflan y desinflan en la misma jornada: "Queremos copiar a los americanos pero lo hacemos mal. Allí es un día, punto. La gente lleva haciendo descuentos desde hace semanas y se pierde el efecto". Añade María José Díaz, gerente de la tienda, que "para mí este año es el "2020 Black", ojalá se pase pronto. Si alguien puede poner un 60% de descuento es que sablea a sus clientes todos los días, yo no me lo podría permitir".
