Más azul, aunque en este caso también celeste, tiñe un mapa de Ourense que pierde algo de rojo respecto a la cita de abril.
La contienda electoral de ayer supone la ruptura del bipartidismo a nivel municipal, al convertirse el BNG en primera fuerza en Allariz, donde gobierna con total supremacía desde hace tres décadas, sin ser capaz en los últimos años de trasladar esa fortaleza a unas Generales, algo que con el exalcalde Francisco García como aspirante al Congreso sí ha conseguido con la movilización de sus fieles.
Allariz es uno de los cinco concellos que se le escapan al PSOE respecto a los comicios de abril, habiendo repetido como primera fuerza en 16, además de llevarse la victoria en Larouco, donde el 28-A hubo un empate a votos con el PP. Además, los socialistas consiguieron ser primera fuerza en Entrimo, Punxín, Calvos de Randín, Amoeiro, Barbadás, Coles, Ourense, Carballeda de Avia, Ribadavia, Parada de Sil, Trives, A Rúa, O Barco, Petín, Castrelo do Val y A Mezquita.
Sin embargo, es la formación liderada por Manuel Baltar la que vuelve a demostrar su supremacía, siendo la más votada en 74 concellos, cuatro más que hace medio año, pero lejos de las 87 victorias que tuvo en junio de 2016. Los populares consiguieron recuperar el mando en los municipios de Castrelo de Miño, Castro Caldelas, Taboadela y Vilamartín de Valdeorras, todos ellos propicios para el PSOE el 28-A.
Las comarcas de Ourense y Valdeorras siguen siendo un importante caladero para los socialistas pese a ceder los municipios de Taboadela y Vilamartín y quedarse a un paso de ceder ante el PP en O Barco, mientras que los conservadores enseñaron su músculo habitual en localidades como Beariz o Quintela de Leirado, con porcentajes de voto por encima del 70%, además de hacerse fuertes en cabeceras de comarca como Xinzo o Verín.
