Coronavirus en Ourense | Boborás cierra fronteras

El municipio duplicó el número de casos activos en una sola jornada pasando a tener 14 y hay tres brotes familiares conocidos y controlados, cuya procedencia parece estar en un funeral

Residentes y visitantes apuraban las últimas horas en el interior de los bares de Boborás, tras conocer la última decisión del comité clínico que sitúa a este municipio con las mayores restricciones de la provincia de Ourense por causa del covid-19. En tan sólo una jornada duplicaba el número de casos activos, alcanzando ayer los 14 y superando el índice de 500 contagios por cada 100.000 habitantes. Por ello, el aislamiento perimetral y el cierre de la hostelería en el interior no ha cogido por sorpresa a los vecinos, aunque sí reaccionaban con preocupación. "Estamos moi preocupados por non poder ir ao Carballiño ou a Ourense, aínda que imaxino que nos deixarán ir para comprar porque o supermercado máis cercano está no Carballiño", apuntaba un vecino de la localidad.

Los brotes están localizados en tres núcleos familiares y, según apunta la alcaldesa de Boborás, Patricia Torres, todos los indicios apuntan que su origen está en un funeral. Además, una buena parte de los residentes opinan que no se están cumpliendo las normas y que las reuniones familiares y entre amigos son la causa de los contagios.

Hostelería

En este municipio, el sector directamente afectado es la hostelería ya que entre cafeterías, restaurantes y casas de turismo rural suman un total de 16 establecimientos. En otros negocios como la carnicería, apuntaba su propietario, Camilo Álvarez, que "as perdas son importantes porque aquí vén comprar a carne moita xente de Carballiño e contorna que xa non poderá facelo". "Nótase un baixón, porque aquí hai pouca xente", matiza.

En A Almuzara seguirán funcionando la terraza, la tienda y el estanco de un mismo establecimiento hostelero, al que ya no se podrá acceder al interior una vez entren en vigor las restricciones. Con paciencia y resignación asumían los clientes los cambios, el más duro, "non poder saír nin entrar ao concello", indicaban.

"Preocúpanme os contaxiados, que é xente que coñezo e está ben, e sinto pena pola hostalaría, que acababa de abrir fai unha semana e como mínimo seguiremos nesta situación outros 10 días", apuntaba la regidora municipal, quien tampoco descarta que en la próxima reunión del comité clínico se decidan mayores restricciones porque "estas tomáronse cos datos de onte e nunha xornada duplicamos os contaxios". Añadía que en Boborás "o único sector afectado é o da hostalería, non temos ningún outro tipo de negocio con restriccións", refiriéndose en concreto a las casas de turismo rural "que xa non poderán recibir turistas".

A Camilo Álvarez, por ejemplo, le parecen excesivas las medidas para tan "pouca poboación" y se refiere en especial a la hostelería, "que non ten a culpa dos contaxios, toma moitas medidas preventivas. A xente cando se xunta é cando hai problemas. Estaríamos mellor nun bar con todo desinfectado".

Medidas

Cipriano Caamaño, exalcalde de Boborás y médico jubilado opina que "as medidas non se cumpren. As mascarillas úsanse máis de catro horas e non se pode estar falando seis persoas nun espacio de seis metros como vin o outro día, porque a mascarilla serve para mitigar o problema pero non o soluciona". 

Caamaño afirma que "boto de menos o apoio por parte das institucións á xente a través dos medios de comunicación, especialmente aos que viven solos. O confinamento cambianos o ritmo de vida e pode levarnos á inestabilidade emocional".

La falta de relación social pesa en los habitantes de este municipio y por eso la alcaldesa hace un llamamiento "a un último esforzo", para intentar ser "prudentes, evitar a relación social e ir ao cribado do venres". El cribado se llevará a cabo en el pabellón de deportes municipal y están llamadas a realizar las pruebas un total de 800 personas en horario de tarde con el fin de detectar posibles asintomáticos.

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