Parte del comercio local abrió sus puertas y la feria, que se mantuvo pese a ser Jueves Santo, atrajeron a clientes y turistas hacia el casco antiguo.
El buen tiempo y la apertura de comercios en Jueves Santo llenó de clientes y de turistas la ciudad y su entorno, particularmente As Burgas, los establecimientos del centro, as terrazas del casco histórico y las termas de la ribera derecha del Miño. Además, era día de feria, porque el Concello de Ourense decidió mantener la jornada ferial pese al día festivo, lo que amplió la clientela en la Praza de Abastos -hay que recordar que el mercadillo se extiende por esa zona y en la ribera del Barbaña- y en el Campo de la Feria, donde muchos acudieron a comer el pulpo.
La temperatura favoreció la presencia en la calle de los ourensanos que no salieron de vacaciones, acudiendo a pasear por las áreas más céntricas y entrando en los comercios abiertos, especialmente por la tarde. Además, Ourense se convirtió en foco de atracción de toda la provincia, al acudir muchos ciudadanos a realizar compras aprovechando la jornada de asueto. Se observaba también una notable afluencia de ciudadanos portugueses, que acudieron a las compras y también a disfrutar de las termas, aprovechando las altas temperaturas de la jornada, que alcanzaron los 31 grados (valor aportado por Meteogalicia) en las horas de más calor.
Zona termal
Precisamente por el calor y el buen tiempo, numerosos turistas se dieron cita en las fuentes de As Burgas -animando de paso las terrazas del casco histórico- y subieron al Tren das Termas, para trasladarse a las pozas públicas y privadas de A Chavasqueira, Muiño da Veiga, O Tinteiro y Outariz, que se hallaban abarrotados, incluido este último, el de mayor extensión y número de termas.
Tanto los espacios públicos como el balneario gestionado mediante concesión pusieron el cartel de "completo", mientras en la orilla izquierda, el aparcamiento habilitado para caravanas y vehículos estaba completamente lleno.
Bañistas sobre toallas al sol, en el césped, y otros dentro de las pozas, ofrecían una colorida imagen primaveral de ocio y descanso, junto a los numerosos caminantes que recorrían los paseos termales y el circuito de las dos riberas del río.
El lleno se produjo también en la Feira da Oportunidade de Celanova, que se desarrolló por todo el centro de la localidad. Centenares de personas se dieron cita entre los puestos de venta, atraídos por gangas y por las excelentes temperaturas. Si la temperatura ayuda, las zonas termales repetirán hoy la afluencia de personas, no así el comercio, que cierra en esta segunda jornada festiva de Semana Santa.
