INICIATIVAS

“Yo no preparo macarras"

El monitor de krav maga David Cabreira imparte un curso municipal de defensa personal dirigido a jóvenes. Técnicas como golpear en las rodillas o en el cuello pueden ayudarles a combatir el ataque de un desconocido.

En el marco de la programación de Ociourense Xove 2017, el Espazo Lusquiños acogió el inicio de un curso de defensa personal dirigido a jóvenes de entre 12 y 30 años. Para conocer de primera mano estas técnicas -encaminadas, principalmente, a combatir el acoso escolar, el sexual, el maltrato o los robos- el alcalde, Jesús Vázquez, y la concelleira de Asuntos Sociais, Sofía Godoy, se acercaron a esta clase impartida por David Cabreira.

Cabreira aprovechó la visita del regidor para realizar una serie de prácticas básicas de defensa con él, que se prestó a ejercer como sparring. Simulando un robo, Cabreira recomendó "valorar si vale la pena o no dejarse llevar por la acción". Es decir, el monitor trasladó a los asistentes que sólo se defiendan si existe un peligro real para su integridad física. "Yo no preparo macarras, solo quiero que sepáis defenderos si lo necesitáis", explicó.

Con conocimientos en artes marciales y deportes de contacto desde los cinco años, experiencia en el ámbito de la seguridad y escolta y especializado en violencia de género, David Cabreira es además el único instructor de Ourense formado en el arte del krav maga, que en hebreo significa "combate de contacto" y es el sistema oficial de lucha y defensa personal de las fuerzas de defensa y seguridad israelíes. 

Para trabajar con sus alumnos, previamente realiza una pequeña entrevista para conocer sus miedos, sus fortalezas y sus debilidades. "Trabajamos más la condición mental que la física. En defensa personal es imprescindible saber controlar el miedo. Ante un ataque tendemos a bloquearnos y es ahí cuando somos blanco fácil de robos o de violaciones, según el caso", considera. Cabreira trató de reforzar a los jóvenes en autoestima y seguridad: "Si váis por la vida con la cabeza agachada, corréis mayor riesgo de ser elegidos como víctimas de un ataque. No se trata de ir de chulo, pero sí de pisar fuerte, con seguridad", animó.

Puntos débiles

Los asistentes al curso de defensa personal aprendieron cuáles son los principales puntos débiles para golpear a un atacante: genitales, rodillas, cuello y ojos son claves en este tipo de defensa. Cabreira también aconsejó "utilizar todo cuanto hay en nuestro entorno". Por ejemplo, si la víctima de un robo se encuentra en una terraza tomando un café, y un desconocido se abalanza sobre ella, la propia silla en la que se sienta puede servirle de parapeto. "Solo se trata de ser rápido para poder cubrirse", explicó Cabreira.

Bruno está opositando para Policía Nacional y desde hace un tiempo también se prepara en defensa personal porque "los nueve meses de la academia se quedan escasos" para aprender todas las técnicas. Precisamente, el joven aspira a formar parte del departamento de Seguridad Ciudadana.

Con él, compartió clase Patricia que, con tan solo 27 años, sufrió malos tratos por parte de su exnovio, con el que se fue a vivir con 16. "Fue con 21, cuando mi niña tenía tan solo una semana, cuando dije 'hasta aquí'. Intentó pegarle a ella también y por ahí ya no pasé", cuenta. Liberada de aquel calvario, su actual pareja -con conocimientos en defensa personal- la animó a familiarizarse con este tipo de técnicas. n

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