REPORTAJE

El búnker que resistió la pandemia del coronavirus

OEl grupo electrógeno, una especie de motor de barco, que blinda el edificio ante un posible apagón.
photo_camera OEl grupo electrógeno, una especie de motor de barco, que blinda el edificio ante un posible apagón. (FOTO: ÓSCAR PINAL)
La central de Telefónica en la ciudad, que está a punto de cumplir 50 años de vida, aguantó dos meses de confinamiento con el mayor tráfico de la historia sin un solo problema. En él conviven el pasado y el futuro. 

A punto de cumplir medio siglo de vida –su construcción se inició en 1970–, la central de Telefónica en la ciudad, una mole imponente al inicio de la calle Marcelo Macías, es un secreto por descubrir para y se ha antojado clave para soportar el aumento de tráfico de datos y llamadas en el confinamiento.

Un viaje al corazón de las telecomunicaciones de Ourense permite descubrir qué se esconde en un búnker que permitió que todo siguiese su curso (especialmente la sanidad  y las fuerzas de seguridad, pero también la vida familiar en el hogar)  y que es desconocido para la mayo parte de los ourensanos. 

OURENSE (EDIFICIO TELEFÓNICA). 16/06/2020. OURENSE. Reportaje en el Edificio de Telefónica. FOTO: ÓSCAR PINAL

Luis Prada, coordinador de operaciones en Ourense, y César Rodríguez, el jefe de operaciones en Galicia y Asturias, ejercen de guías por los espacios más recónditos de un edificio de plantas infinitas que esconde un tesoro: todo lo que se mueve en teléfono e internet en la ciudad y 14 kilómetros a la redonda. 

Las chicas del cobre de antaño

Atrás quedan los tiempos en los que todo lo que tenía que ver con la telefonía venía de la mano de las "chicas del cobre", aquellas telefonistas, siempre mujeres "e que tiñan que ser solteiras", como precisa Rodríguez, que se encargaban de realizar los enlaces para poder hablar a distancia en las centralistas manuales, que dejaron de existir en 1988. Sorprende hoy día recordar aquellos tiempos, muy presentes en la central a través de diferentes fotografías colgadas en  las paredes. Aquellos cables de cobre, el antiguo sistema que todavía pervive en la central de Telefónica para la telefonía fija, aunque con fecha de caducidad –se espera, como muy tarde, para 2025– son capaces de llegar a 2.400 comunicaciones, frente a los 64.000 que alcanza un cable de fibra, "soportan ata unha guerra". 

Tranquiliza ver que la central que surte las telecomunicaciones de la ciudad y su entorno está blindada ante posibles apagones eléctricos. Más grande que un bólido de Fórmula 1. Parece el motor de un barco, un grupo electrógeno de 1.000 caballos de potencia, "coma un Ferrari",  y que en caso de una caída del sistema eléctrico se activa en segundos para evitar que toda la ciudad se quede colgada. "Moita xente depende de nós, non só os particulares, senón as empresas, o propio hospital, as forzas de seguridade", explica Rodríguez. Por eso es tan importante blindarse ante sorpresas. Si el generador acabase el gasoil, una sala de baterías complementa el búnker, con 8 horas de autonomía. 

OURENSE (EDIFICIO TELEFÓNICA). 16/06/2020. OURENSE. Reportaje en el Edificio de Telefónica. FOTO: ÓSCAR PINAL

El secreto está abajo

Dentro del edificio perviven todavía los centenares de archivos de todos y cada uno de los clientes que tenían un teléfono fijo en su casa, antes de que todo se informatizase. Pero el secreto mejor guardado están en el sótano. Es la denominada "galería de cables", desde donde salen todas y cada una de las líneas, de la central, todos los cables de fibra o cobre que llegan a las casas de cada cliente, una compleja red que atraviesa el subsuelo de la ciudad, por donde se van distribuyendo para llegar a cada bloque de edificios, y que están unidas al número de teléfono de cada cliente, en una compleja sala llena de hilos de cobre y cajas, el "repartidor", donde los pequeños hilos de cobre se agrupan en distritos antes de salir hacia la planta baja para iniciar el viaje hacia lo teléfonos fijos de nuestras viviendas. "Isto está condenado a  ir ao desguace cando a fibra chegue a todas as casas".  Será pronto. Unas plantas más  arriba está el futuro (también presente) hay un repartidor para la fibra, una sala que ocupa mucho menos. Pronto necesitará una ampliación. 

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