Burocracia y nuevas leyes dinamitan a los pequeños concellos: "É un sinvivir"

Alcaldes veteranos coinciden en que "cada vez hai menos facilidades" y avisan de las consecuencias: "Os veciños están fartos"

En pleno período de cambio de ciclo en muchos de los concellos de la provincia, son varios los alcaldes que todavía resisten en su puesto desde hace años, trayectoria que les reporta un bagaje de conocimientos de la administración local que, en cada vez más escenarios, de poco parece servirle para agilizar la gestión de sus consistorios. Así lo reconoce el regidor de O Barco y alcalde de los alcaldes de Galicia, Alfredo García, que desde la Fegamp lleva cuatro años alertando sobre la "parálisis" a la que se están viendo sometidos los ayuntamientos más modestos, 91 de los 92 en la provincia.

¿La razón principal? El ahogamiento al que los pequeños concellos se están viendo sometidos por una burocracia que crece a toda velocidad mientras, en paralelo, se aprueban nuevas leyes que traen consigo una larga lista de obligaciones a las que atender. El problema añadido, que los recursos son los mismos o incluso menos.


Incendios, contratos...


"É un sinvivir". Así se expresa el alcalde de Muíños desde 1995, Plácido Álvarez, una valoración que puede ser extensible a sus homólogos. Sobre ellos, como máximos responsables de los ayuntamientos, pero también de los técnicos municipales, se descarga la responsabilidad de soportar obligaciones como las derivadas de normas como la coloquialmente conocida "Ley Montoro", una especie de pescadilla que se muerde la cola. "No solo no te doy fondos, sino que impido que gastes lo que generas y tenemos ahorrado", reflexiona Alfredo García.

La cosa, sin embargo, no queda solo en esto. La ley contra incendios obliga a que los concellos notifiquen a los vecinos la obligación de limpiar las franjas, la nueva ley de contratos públicos, protección de datos, portales de transparencia y una larga lista de asuntos.

"Antes había moitas máis facilidades", reconoce el alcalde de San Cristovo de Cea, José Luis Valladares, que manda en el municipio desde 1991, una década antes de que obtuviese el bastón de mando en Carballeda de Avia Luis Milia. "Antes tiñamos máis recursos, máis axudas, pero agora é unha loita de David contra Goliat", apunta el socialista.

Son también ejemplos de la burocratización algunas cuestiones que parecen nimias, pero que pueden llevar por ejemplo a que un alcalde se quede sin poder abrir la piscina municipal. La necesidad de encontrar un socorrista con un certificado profesional cuyo precio asciende a 1.300 euros y que requiere más de 400 horas de curso para cumplir con la obligatoriedad de estar inscrito en el Registro Profesional de Socorristas Acuáticos de Galicia llevó a vivir un "auténtico suplicio" al regidor de Vilamarín, Amador Vázquez.


Exigencias


Con estos mimbres que se encuentran los alcaldes, el mensaje que lanzan es coincidente, lanzar un SOS a las administraciones con capacidad para cambiar el rumbo de la legislación. "É moi difícil facer todo agora, unha das claves debe ser cambiar o modelo de financiamento", apunta el alcalde de Leiro desde 1995, Francisco José Fernández, que por su puesto de senador también indica que es una preocupación extensible a otros territorios.

"A xente, ou sale dos despachos e escoita ó rural ou non teremos futuro. Os veciños están fartos", añade Plácido Álvarez, con quien concuerda el regidor de A Peroxa, Manuel Seoane, uno de los que lleva más tiempo en su puesto de toda Galicia: "Estamos jodendo á xente, é unha odisea e facemos malabarismos para buscar solución, pero non nos teñen en conta".


Alternativas


Para capear el temporal, que se agrava también por la falta de personal cualificado, han aumentado significativamente en los últimos tiempos las agrupaciones de concellos para compartir al secretario-interventor, una figura clave para el funcionamiento de estas entidades.

La fusión de servicios a través de mancomunidades o consorcios o apoyarse en las alternativas que ofrece la Diputación son vías de escape que los alcaldes tratan de explotar para que los concellos no queden varados. 


Las subvenciones y la justificación de las mismas, otro problema


Entre los problemas de la creciente burocratización, además de dar salida a las leyes que se van incorporando al marco normativo, está la gestión de las subvenciones que se solicitan a otras administraciones, ayudas que en una gran parte de los casos no llegan a compensar ni el trabajo realizado para conseguirlas ni prácticamente la cantidad económica.

"Gastas máis no papeleo que na subvención ás veces", apunta el alcalde de San Cristovo de Cea, José Luis Valladares, que tilda de "locura" solicitar a veces una ayuda. En un sentido similar, su homólogo de A Peroxa, Manuel Seoane, explica que "case botamos un ano" con algunas solicitudes y justificaciones. Con esto, pone sobre la mesa que "quizais as subvencións teñan que desaparecer e cambiar o financiamento, para que a principio de ano soubésemos máis ou menos os recursos".

Más allá de la complejidad en las solicitudes, los regidores cuestionan también la agilidad con la que, una vez concedidas, los pagos se producen. Buen ejemplo tienen en Carballeda de Avia con los trágicos incendios de octubre de 2017. "Foron 700 folios, co arquitecto case dous meses só con iso, a secretaria colapsada e logo tardan en chegar. Normal que haxa algunhas que xa non pidamos polo papeleo", concluye Luis Milia. 

Te puede interesar