La Hidrográfica Miño-Sil estima en 100.00 euros la descontaminación de los cuatro kilómetros de río afectados por el derrame
n n n La Confederación Hidrográfica Miño-Sil llevaba recogidos ayer más de 5.000 litros de aceite industrial en el cauce del río Barbaña, a su paso por San Cibrao, tras el vertido contaminante registrado durante el pasado fin de semana. Los trabajos se enmarcan dentro de un proyecto de descontaminación del río, puesto en marcha por el organismo de cuenca con una partida de 100.000 euros.
La recogida de aceite continuaba ayer a la altura de Ponte Noalla. Los trabajadores utilizaban motobombas extractoras, que enviaban el óleo a una cisterna. "Todo el aceite industrial que se lleva recogido fue enviado a una empresa autorizada, que será la encargada de gestionarlo", apuntaron en la Hidrográfica.
El personal instaló barreras de contención en un tramo de cuatro kilómetros de río, entre la localidad de Ponte Noalla y la depuradora de O Piñeiral, con el objetivo de impedir que el vertido llegue a la ciudad y al río Miño.
Los agentes fluviales y del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) no detectaron peces muertos, pero alertan que el vertido está provocando daños en la flora. Aseguran que el aceite impregnó las hojas de las plantas y árboles, formando una pasta viscosa, que impide que respiren por lo que terminaran secándose.
El ingeniero responsable del Servicio de Medio Ambiente y Aguas de la Diputación, Javier Bobe, comparte este argumento y considera fundamental recoger todos los restos de aceite y limpiar el cauce lo más pronto posible.
Entre dos o tres semanas
Según dio a conocer la Confederación Hidrográfica, primero se recogerá todo el aceite del agua y después se retirarán los restos adheridos a la vegetación y piedras de ambas orillas. Los trabajos durarán entre dos o tres semanas, dado que, según el organismo de cuenca, hay que realizarlos a mano y con mucha precaución para impedir que el vertido se extienda a zonas del río que no se vieron afectadas.
Investigación
El presidente de la Hidrográfica, Francisco Marín, apelaba ayer a la responsabilidad y sensibilidad de los ciudadanos, incluidos los que son empresarios, para evitar este tipo de agresiones medioambientales. Lo hacía al tiempo que aseguraba que hay una investigación abierta y se están llevando a cabo diligencias, que concluirán con un expediente sancionador a los responsables del vertido. "Si se ocasiona un daño, el autor debe pagarlo", apuntó.
Los técnicos recogieron muestras de agua y en diversos puntos de la red de saneamiento. A las pesquisas se sumaron agentes de la Guardia Civil, que en los últimos días revisaron el volumen de residuos contaminantes que vierten o almacenan las empresas instaladas en los polígonos de San Cibrao, Barreiros y Pereiro de Aguiar, ante la sospecha de que pudieran verter, aprovechando la tromba de agua de la tormenta del sábado a la red de alcantarillado. La investigación también afecta a naves y talleres situados en los alrededores de los citados espacios industriales.
Empresarios
El presidente de la asociación de empresarios del polígono de San Cibrao, Elías Mera, insiste en que el vertido de aceite es "imposible" que saliera de una empresa, "porque en la red de cada calle del área industrial hay un registro. Además conocen que materiales utilizamos y los residuos almacenados", explica, puntualizando que reciben controles sobre los vertidos residuales de forma aleatoria cada poco tiempo.
Protocolo de emergencia dado el volumen de aceite
Un vecino de A Veiga (San Cibrao) alertó en la noche del domingo de la presencia del aceite en el río. "Últimamente, se avistaron tortugas en el cauce, con esta contaminación es posible que murieran", apuntó el vecino.
La Confederación Hidrográfica, nada más tener conocimiento de la situación, activó un protocolo de emergencia, que conllevó la instalación de barreras absorbentes para retener el aceite en remanso s y evitar que afectase a todo el cauce.
El jefe de Medio Ambiente y Aguas de la Diputación, Javier Bobe, no descarta que un particular vertiera directamente el aceite industrial a la red, pero también sopesaba la idea que la tormenta que descargó el pasado viernes removiera los residuos industriales que había acumulados en el red de saneamiento, incluidos los colectores, que al desbordarse, provocó que la contaminación de aceite llegase al cauce del Barbaña.