Las cabalgatas llenan de sueños toda la provincia

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photo_camera Un grupo de pequeños verinenses, preparados para tomar parte en la cabalgata.

El frío no impidió que miles de pequeños recibieran a los Reyes Magos en villas y pueblos

El frío que tomó el relevo al sol con el que se iniciaba la tarde de ayer en la mayor parte de la provincia, no fue obstáculo para que miles de niños participaran en las cabalgatas y desfiles que se repitieron por todos los rincones de la provincia. Los Reyes Magos llegaron hasta las aldeas, villas y pueblos repartiendo ilusión, caramelos y sueños a los más pequeños.

En Carballiño, recorrieron las calles más céntricas de la villa, partiendo del entorno de A Veracruz hasta la Praza Maior, donde también hubo exhibiciones de bailes navideños a cargo de la Escola Municipal de Danza. Además, los Magos recibieron en el salón de actos a los niños. Este año se reforzaron las medidas de seguridad con seis camiones y varios coches cortando las calles por las que pasaron sus majestades.

En Ribadavia, los niños recibieron entusiasmados a los Reyes, que partieron con sus carrozas desde la explanada del Instituto, en un recorrido por el centro urbano, durante el que lanzaron cientos de kilos de caramelos. Finalizaron en la Praza Maior, en donde recibieron a los más pequeños para escuchar sus peticiones de regalos para la noche más mágica.

En O Barco, los Magos llegaron a la estación de autobuses en un coche clásico. Desde aquí, ya en las carrozas, la comitiva se desplazó hasta la vieja Casa Consistorial, donde fueron recibidos por el alcalde. En los discursos leídos desde sus balcones, tanto Melchor como el regidor aludieron al problema de la guerra y de los refugiados, incluida una referencia a la familia acogida en la villa barquense.

Sus Majestades iniciaron el recorrido por A Rúa en la estación de autobuses, eso sí, después de visitar el Centro de Día y la residencia de ancianos Los Pinos. La comitiva partió visitar distintos puntos de la villa ruesa, incluida la residencia Nuestra Señora de Fátima, antes de ser recibidas en la Casa Consistorial.

Situaciones muy semejantes se repetían por las villas, pueblos y aldeas, como en Verín o Xinzo de Limia, donde las calles acogían espectáculos multicolores, que los más pequeños disfrutaban entre la expectación y la incredulidad, al tiempo que se hacían con los cientos de kilos de caramelos que arrojaban desde las carrozas. Lo mismo ocurría en los desfiles y cabalgatas organizadas en otras localidades, como es el caso de Allariz, Bande, Celanova, Ramirás, A Pobra de Trives, Maceda, Parada de Sil, Pereiro de Aguiar, por las que estaba previsto que pasara la comitiva real.

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