Coronavirus en Ourense

Una de cada cuatro residencias ya ha restringido las entradas

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Sanidade evalúa de forma diaria la situación de cada centro ante la incidencia de covid en la zona

El aumento de contagios y brotes de covid en la provincia ya ha provocado el cierre preventivo de 28 residencias de mayores de las 109 del territorio, una de cada cuatro. Sanidade evalúa de forma diaria la situación de cada centro, así como el riesgo a posibles contagios según la incidencia del virus en la zona. Si existe peligro, se recomienda la restricción total de entradas y salidas –prohibir las visitas, así como el libre movimiento de los usuarios que pueden salir–, hasta que la situación epidemiológica mejore. 

Los centros se ven obligados a dar un paso atrás en la desescalada iniciada el 25 de mayo, que supuso la reapertura hacia el exterior, pero nunca una vuelta a la normalidad previa. "Aquí de nueva normalidad ninguna, nosotras no nos hemos relajado ni un poco, en cuanto a medidas de prevención, limpieza y desinfección, estamos como en marzo", asegura Coral Conde, trabajadora social del Centro Residencial Tercera Edad de Esgos. 

Hace días Sanidade les recomendó restringir movimientos, y equipo, usuarios y familia, no dudaron ni un momento. "Es volver a empezar de cero, pero es cierto que nosotros ya teníamos familias que no estaban viniendo últimamente por decisión suya. De los mayores, casi ninguno de los que puede salir lo estaba haciendo, alguno que iba al banco, pero poco más", explica la trabajadora, que destaca el "gran compromiso" de la plantilla. 


La preocupación constante


El centro O lecer dos avoíños, situado en Coles, se encuentra entre las 81 residencias de la provincia que mantienen "cierta normalidad". Ana Torres, la administradora, reconoce la preocupación constante del equipo. "Por el momento nos han dicho que no tenemos que cerrar, pero es cierto que estamos muy preocupados", asegura. 

Las visitas son como en las primeras fases tras el inicio de la desescalada: "Una por semana y una persona, a dos metros, con mascarilla y siempre en el exterior para que no haya riesgos". Torres asegura que los mayores se han acostumbrado a las nuevas medidas, aunque diferencia según el estado cognitivo: "Los que tienen demencia no son conscientes de la situación, al entrar después de la visita muchas veces ya no se acuerdan... Lo están llevando mejor en ese sentido porque no están preocupados. Para los que podían salir sí ha sido un cambio importante, y también tienen miedo a contagiarse". 

Pese a los cambios a raíz de la pandemia, la vida de los mayores en las residencias no es tan distinta. "Desde que terminó el aislamiento del principio, ellos han vuelto a tener sus actividades, su animación...", comenta Coral Conde. "Lo único es que están más separados que antes, o que comen en dos turnos, en mesas individuales, pero por el resto, continúan con su día a día", asegura Ana Torres. 


“No vamos a las cafeterías"


Pero el equipo humano que los acompaña sí ha tenido que enfrentarse a numerosos cambios, tanto en su vida profesional como personal. "Aquí ninguna se ha ido de vacaciones, no porque nadie nos lo prohíba, sino porque no estamos tranquilas. Muchas no hemos vuelto a una cafetería desde el 11 de marzo, por miedo, porque hay gente que depende de nosotras. Es muy duro ver que el resto de la gente ha vuelto a la normalidad, pero nosotras no", reconoce Conde.

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