Aunque en la ciudad bajan los pisos vacíos, el abandono del rural consolida a Ourense como líder estal de este fenómeno
El declive demográfico se ha convertido en uno de los mayores retos para muchos territorios, incluido Ourense, y sus consecuencias no se hacen sentir únicamente en cifras de habitantes, sino que todo el entorno lo sufre. Una de las aristas del problema tiene que ver, según han detectado en la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), en la gran cantidad de viviendas que se están quedando vacías, un número que no deja de crecer en los últimos años y que se sitúa ya por encima de las 54.500, un 4% más que lo que decía el Censo de Viviendas elaborado por el Instituto Nacional de Estadística en 2011.
Este incremento lo empujan, no obstante, los concellos rurales, ya que las inmobiliarias detectan una reducción importante en el concello de Ourense, algo que no evita que en la ciudad haya ahora mismo 13.200 pisos vacíos, frente a los 14.561 de principios de década. El comportamiento es similar al del resto de urbes del sur de Galicia, ya que por ejemplo en Vigo anota ahora 14.950 frente a las 18.588 que había anteriormente.
Motivos
"El envejecimiento poblacional, el éxodo rural y un tipo de organización dispersa del territorio ha contribuido a que en muchas localidades solo quedasen las estructuras de las casas y un parque de viviendas vacío muy elevado, A esto hay que unir la emigración juvenil y los mayores que dejan su casa para irse a la ciudad o a las villas", señala el presidente de Fegein, Benito Iglesias, que apunta los daños colaterales de esta situación.
"Todo esto lleva al cierre de muchas explotaciones agroganaderas o a que el comercio tradicional esté bajando las persianas, al perder a sus clientes", indica.
Por tramos de población, los ayuntamientos de menos de 2.000 habitantes suman más de 15.300 viviendas vacías, mientras que los municipios de entre 2.000 y 5.000 vecinos tienen 11.500.
Su colectivo apunta que Ourense encabeza el ranking de provincias españolas con mayor porcentaje de hogares en esta situación, con un 26,2% del total. "Necesitamos un plan estratégico en materia de vivienda, ambicioso y sin complejos socio-políticos y equilibrios territoriales malabaristas", apunta Benito Iglesias, que ve "acertada" la aplicación del "impuestos cero" en el rural, pero demanda "normativas más claras, concretas y legibles acompañadas de presupuesto".
Critica también el "problema" que tienen muchas personas que reciben la vivienda "por herencia y donación, lo que les supone un coste que no quieren o no pueden afrontar".
Propuestas
Desde Fegein se atreven también a lanzar propuestas para intentar revertir la situación. Iglesias entiende que "poner remedio a este problema de abandono de inmuebles pasa por aglutinar y focalizar los servicios públicos y privados en los núcleos de población con mayores posibilidades económicas y sociales".
Entienden las inmobiliarias que esta medida contribuiría a conseguir la "viabilidad y permanencia de conjuntos poblaciones al contar con un eje de referencia".
Las administraciones han tratado también de buscar soluciones. Por un lado, la Xunta aprobó el pasado año bonificaciones fiscales para la compra de viviendas en nueve de cada diez parroquias de la Comunidad, 895 en Ourense.
Además, la Administración autonómica firmó un convenio con la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) para que los concellos se adhiriesen a él y potenciasen la creación de una bolsa de pisos vacíos para poner en alquiler a precios. Ourense, O Barco, Castrelo de Miño, Baltar, A Peroxa, Xinzo y Pontedeva, los municipios ourensanos que se han sumado.
