COMERCIO - OURENSE

La Cámara llega a su epílogo con la previsión de cierre para este viernes

Las dos últimas trabajadoras renuncian y reclaman en el juzgado sus salarios 

Hace diez años que el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero puso contra las cuerdas a las Cámaras de Comercio al suprimir la obligatoriedad de las cuotas que abonaban las empresas para su funcionamiento. La de Ourense aún sigue viviendo sus últimos estertores pese a que su equipo de gobierno ya dimitió en noviembre del 2017 y gran parte de los trabajadores presentaron reclamaciones judiciales porque llevar meses sin cobrar sus nóminas. 

Ya solo quedaban dos empleadas y ahora han decidido reclamar por la vía judicial el cobro de sus salarios, adeudados desde hace dos años. Aún así han seguido yendo a trabajar todos los días, a sabiendas de que sería difícil cobrar sus retribuciones. Su capacidad de resistencia ha tenido un límite y han seguido los pasos del resto de sus compañeros: llevar el caso ante la autoridad judicial.

Ambas personas dejarán de ir a trabajar a partir del viernes día 3 de mayo, con lo que la entidad podría echar definitivamente el cierre, aunque hace ya años que su actividad era irrelevante. Ahora queda la situación en manos de la Consellería de Industria, entidad tutelante de la Cámara, que podría in extremis destinar alguna persona para atender la sede, aunque solo sea por la tramitación ordinaria de algunas gestiones.

Una de ellas es la expedición de los certificados de exportación, imprescindibles para la comercialización de productos en otros países. Ahora los exportadores ourensanos deberán acudir a otras cámaras en otras provincias. La Confederación de Empresarios de Ourense (CEO) avanzó en su última junta directiva la posibilidad de mirar alternativas para auxiliar a las empresas exportadoras cuando el cierre cameral se hiciese efectivo.

Este lunes mismo desde la Cámara se informaba a las empresas ourensanas de la situación que se producirá con el abandono de las dos últimas trabajadoras. Fuentes de alguna de estas empresas mostraron su contrariedad por este hecho, al tiempo que lamentaron que los empresarios y las instituciones hubiesen permanecido al margen de una situación que se preveía desde hace años. Ahora, a salvo de un imprevisto cambio de rumbo por parte de la Xunta, el camino cameral carece de retorno.


El embargo


La entidad prácticamente se ha quedado sin sus activos inmobiliarios. La sede de la Avenida de la Habana tiene una parte embargada y adjudicada en subasta recientemente. En marzo se dictó una sentencia en la que se atendían las reclamaciones de los trabajadores. El juzgado de lo social ordenó entonces retener la suma de 101.710 euros para hacer frente a las deudas laborales que tiene pendientes la Cámara. Esta decisión beneficia a nueve exempleados de la entidad. Pese a esa decisión, los beneficiarios de la sentencia aún no han cobrado.

Así las cosas a la Cámara de Comercio solo le queda pendiente de embargo parte de su sede, la zona conocida como principal, en la que estaba la entrada, el salón de actos, el salón de pleno y varios despachos. La falta de actividad ha supuesto también el abandono de las dependencias del Vivero de Empresas ubicado en el Parque Tecnolóxico y que cada día presenta una mayor evidencia de abandono.

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