Un temporizador y la reducción del volumen pone fin al conflicto

Cameixa acepta apagar el altavoz durante la noche

Feligreses de la parroquia de Cameixa, en Boborás, conversan a la salida de misa. (Foto: MARTIÑO PINAL)
La solución que dio el Obispado al conflicto surgido en la parroquia de Cameixa, en Boborás, por los altavoces del campanario de la iglesia, fue recibida ayer con aplausos por parte de los feligreses.
El cura informó a los asistentes a la misa, que se celebró a las 12,00 horas, de que las autoridades eclesiásticas han decidido colocar un temporizador para apagar los altavoces entre las 09,00 y las 21,00 horas con el fin de acabar con las molestias que está ocasionando a algunos vecinos durante las noches, en especial a Juan Ruiz, un artesano que hace cuatro años se instaló en el pueblo de Morouzón, el más próximo a la iglesia, y que se queja del sonido del reloj a través de los altavoces anunciando las horas y las medias de día y de noche.

La medida adoptada por el Obispado también incluye bajar el volumen durante el día, tal y como reclamaba este vecino.

Juan Ruiz no es el único que se quejaba de las molestias, aunque para evitar enfrentamientos en la parroquia, nadie se había atrevido a protestar. La paralización del reloj durante dos meses y su puesta en marcha nuevamente hace escasos días fue lo que motivó a Juan Ruiz a anunciar una huelga de hambre indefinida para reivindicar que se apagaran los altavoces al menos durante las noches para poder dormir.

Al mismo tiempo, presentó un escrito en el Concello de Boborás reclamando una solución, por cuyo motivo el alcalde, Cipriano Caamaño, anunciaba la apertura de un expediente para realizar la medición del sonido y contactaba con el Obispado. Así llegó la solución y el pasado sábado los técnicos ya estuvieron en la iglesia ya con vistas a colocar el dispositivo, una decisión que parece satisfacer a todos.

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