Estos alicientes, unidos al no muy exigente caminar, tal vez hagan de esta ruta algo singular cuando por primera vez la hallé, acompañado, entre otros, por Quique Tovar y la simpar Elvira Cuevillas. Fue como introducirnos en esa prehistoria que no llegaron a desentrañar ni Cuevillas, padre de Elvira y suegro de Quique, ni sus colegas, porque acaso otros castros reclamaban su atención.
CORVILLÓN-SAN CIBRAO
Hay que estacionar en Corvillón, que se sospecha que de cuervo le vendrá el nombre, ese corvo como llaman en el rural medio a las cornejas por ese genérico. Debemos tomar por entre la aldea, por calleja en dirección sur para por pista de tierra pasar a la vera de Forxás dos Montes, que de forja se cree procede, cuando nos internamos en las carballeiras alternado en las praderías, veredas amuradas, pasales de piedra laterales para evitar algunos caminos convertidos en ríos, y, finalmente en las proximidades de Vilar pasear bajo hermosos castaños. Esta aldea casi forma conjunto con otras dos de tan próximas: Casanova y Pazos. Aquí subiremos por pista en dirección sur entre el llamado Souto Novo con cuestas que exigen cierto esfuerzo para dejarte en la cima del monte San Cibrao en poco más de un cuarto de hora. La llegada a este monte mesetario porque en la cima ofrece una penillanura nos encontraremos con la ermita de San Cibrao por acá y Cibrán en la costa, que festividad celebra el día postrero de agosto. Anexos casi a la capilla los restos megalíticos correspondientes a dos antas o cámaras, para enterramientos, aunque se hallan sin la piedra cobertora. Altura antenada y abalconada de piedra con vistas completas a las llamadas tierras de Celanova. Así que avistaremos Castromao, Penagacha, el Faro de Avión, A Martiñá, de oeste a norte, porque por el este las sierras de A Meda, San Mamede, y la interpuesta de Penamá, y al sur la del Larouco y girando un poco más la del Xurés. Una vista de 360 grados desde un monte que no llega a los 1.000 metros de altitud.
CASTRO DE BERREDO- PARDAVEDRA
Continuando por pista se bajará insensiblemente dejando a derecha la aldea de San Pedro. Podemos dirigirnos hacia el suroeste por un tramo de asfalto o si queremos prolongarlo, por uno térreo, siguiendo el mapa que nos dejará al tocar la carretera de frente hacia el castro de Berredo, del que alguna cachotería se ve porque las posteriores piedras del Castellum Berreti mandado edificar, como consta en documentos, por Afonso Henriques, el primer rey portugués cuando fronteras por aquí tenía, ni rastro. Las piedras, juntamente con las aprovechadas del castro fueron a parar, para uso de muros y casas de las aldeas al pie de esta fortificación, que se halla en la cota 750, mientras los poblados más de cien metros abajo en desnivel. No fácil acceso tiene la que fue fortificación por la cantidad de árboles en competencia y por tanto de poco porte; a mediados del pasado siglo aquello era monte pelado cuando Cuevillas, Risco y Taboada Chivite andaban de pesquisas más que de excavaciones.
Se puede bajar en dirección norte por amplio camino, arribar a la parroquia de Berredo, que junto con San Miguel y Capelo, y en esta aldea debemos tomar la pista que sale en dirección norte hacia Pardavedra por en medio de la floresta, como media hora de pausado camino. Pardavedra, evoca la vetustez del lugar desde donde abandonándola carretera un camino nos lleva hasta atravesar la carretera de Corvillón-A Bola y ya con Oxén al frente, que debería ser de Abaixo, porque el siguiente, por estar más arriba, da Cima donde continuando por asfaltada, tomaremos a derecha en dirección norte; un camino a derecha, si queremos tomarlo no aleja del asfalto que luego imprescindible hacia Corvillón por la OU-668. Corvillón, Rubillós, Soutomel, Zarracós, Oxén son nombres poco comunes que siempre dejarán huella por inusuales.
