Carne y pescado empiezan a escasear en los mercados ourensanos

Manuel Vázquez, en su pescadería (X. FARIÑAS).
photo_camera Manuel Vázquez, en su pescadería (X. FARIÑAS).
Los alimentos son de los primeros en faltar, y los vendedores no saben cómo conseguir más

Manuel Vázquez no emplea camiones para surtir el local que regenta en el barrio de A Ponte,  Pescadería Pepita. Unas cuatro veces por semana se desplaza a Vigo para traer el pescado y marisco fresco de la lonja, aunque eso tampoco es posible ahora, ya que los barcos tampoco están saliendo a faenar. “Hoy -por ayer- había muy poco pescado, y mañana contamos que nada”, aseguró.

Si la huelga no se desconvoca tiene claro lo que hará: “Solo voy a ir a buscar encargos de marisco, y lo que me quede de un día lo pongo el siguiente, nada más”. Por ahora tiene la intención de mantener la tienda abierta pese a todo, aunque sea “para atender a la gente y comentarle la situación”. También puede tirar de pesado congelado, que por ahora no falta, ya que hace pedidos semanales. El último que realizó entró sin problema, pero no sabe si va a poder recibir el siguiente. Tampoco le sale ya rentable ir a Vigo para conseguir género fresco, debido al alto precio del combustible. “Antes me costaba 95 euros ir y venir cuatro veces por semana, ahora me cuesta 145”, manifestó.

En la distribuidora de carnes Parente ayer notaron por primera vez el efecto de la huelga de los transportistas. “Hasta hoy -por ayer- no tuvimos problemas, pero ahora sí que tuvimos inconvenientes, sobre todo con el pollo. Tenemos dos distribuidores y uno nos sirvió, pero no toda la mercancía que pedimos, y el otro aún no llegó”, destacó una de sus empleadas, pendiente también de si entran o no los pedidos, ya que estos días viven con la incertidumbre de desconocer qué productos van a recibir y cuáles no. En este local tienen la ventaja de que tanto la carne de vaca como la de cordero procede de su propia producción, por lo que no tienen tanta dependencia del transporte como otros lugares. Por este motivo descartan cerrar, aunque desean que la situación se normalice.

En la carnicería y charcutería Manu se nota la falta de todo tipo de carne, especialmente en la ternera y el pollo. “Solo tenemos un proveedor, y no le dejan pasar los camiones”, comenta una de las trabajadoras del local, quien recuerda que las ventas ya venían a un ritmo bajo por la pandemia. “La gente tiene miedo, se nota que no quiere gastar dinero”, agregó. Por ahora no quieren pensar en cerrar la tienda, aunque tampoco lo descartan si la situación se mantiene. “Si no hay material habrá que cerrar, de momento no lo contemplamos, pero como siga así todo, sin suministros, pues no quedará otro remedio”, agregó. Esta situación se produce en una semana clave, por la celebración de San José.

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