El tráfico rodado se verá afectado hasta este lunes, obligando a los conductores a dar un rodeo
La carretera N-120 (Vigo-Logroño) permanecerá cortada durante todo el fin de semana entre los municipios de Ourense y Pereiro de Aguiar a causa de la inseguridad que ofrece una ladera y el riesgo de que se registren nuevos desprendimientos de piedras y tierras.
El vial fue cerrado por la Guardia Civil de Tráfico sobre las seis y media de la tarde del pasado viernes, después de caer abundantes piedras sobre la calzada. Al lugar se desplazaron varias patrullas y efectivos de conservación de Carreteras, que inicialmente trabajaban con la previsión de restablecer la circulación a lo largo de la jornada de este sábado, una vez retirados los escombros. Pero la situación se complicó al detectar varias rocas que ofrecían un alto riesgo de desplomarse sobre el asfalto.
Al lugar se desplazó una potente grúa, que durante la jornada de este sábado retiraba piedras y tierra con el objetivo de consolidar el terreno ablandado a causa de las lluvias registradas durante los últimos días.
La Guardia Civil estableció rutas alternativas para los conductores, tras instalar abundante señalización, para evitar pérdidas.
Los agentes desviaban durante la jornada de este sábado. El tráfico pesado (camiones) debía circular obligatoriamente por el puente sobre la presa de Velle para enlazar con la carretera N-525 en O Vinteún y continuar el camino, a la altura de Vilamarín, por la carretera N-540 en dirección Chantada y Monforte (Lugo). En este último, podía regresar de nuevo a la N-120.
En Tráfico aseguraban este sábado que no se registraron retenciones ni incidencias, salvo la incomodidad de obligar a los conductores a dar un rodeo, en el caso de los que se dirigían a la comarca de Valdeorras de más de 50 kilómetros.
El desprendimiento se produce cuando aún no llegó el invierno. El año pasado, se contabilizaron un total de 13 desprendimientos en la N-120, uno de los viales que presentan peor estado de conservación en la provincia.