Las carreteras nacionales mejoran, aún lastradas por la crisis económica

photo_camera Tramo de la N525 entre Sandiás y Xinzo, que todavía espera por una mejora del firme (Foto: Óscar Pinal)
Fomento ha puesto remedio a firmes dañados, pero sigue sin ofrecer solución a problemas como a la línea continua en Os Peares

La dejadez a la que se vieron abocadas las carreteras de la red estatal en la provincia de Ourense durante la crisis, con una mínima inversión para todas las vías dependientes del Ministerio de Fomento, en el entorno de los ocho millones de euros de media por año (se incluye también la A-52 y la A-75), convirtieron la circulación por algunos de sus tramos en auténticas odiseas por el pésimo estado del firme, repleto de baches y socavones.

La situación, según confiesan conductores que han hecho recorridos recientemente por carreteras como la N-120, la N-525 o la N-540, las que peor salud tenían, ha mejorado, pero continúa notándose el lastre que supuso una inversión en mínimos durante los primeros años de la presente década, la mitad de la media española según los datos divulgados por el Ministerio de Fomento en sus anuarios estadísticos.


Una relación minada


"Mejoraron las zonas que estaban muy mal, pero es cierto que todavía se siguen notando los parcheados y pequeñas irregularidades", explica un conductor que se desplazó de Ourense hasta O Barco esta semana. La N-120 ha sido siempre un constante motivo de conflicto, al ser una vía clave para los vecinos de la comarca de Valdeorras en su relación con el resto de la provincia, al seguir en el cajón de los deseos la A-76 que debe enlazar Ourense y Ponferrada.

Los usuarios de esta carretera se ven seriamente condicionados por la eterna línea continua que les acompaña entre la ciudad y el Alto de Guítara, donde cualquier camión con carga pesada o vehículo de circulación lenta se convierte en un tormento para llegar en un tiempo competitivo al destino. "Es el gran hándicap", reconoce el conductor.


Movilidad limiana


Aunque el uso de la N-525 no es comparable al de la N-120, al existir como principal alternativa la autovía das Rías Baixas (A-52), que canaliza la mayor parte del tráfico hacia el sureste ourensano y la Meseta, la antigua carretera de Madrid sigue siendo una solución fundamental para la movilidad en la comarca de A Limia o para llegar desde estas localidades al polígono industrial de San Cibrao.

Una de las grandes asignaturas de Fomento era el tramo entre Sandiás y Allariz, en el que los baches y socavones proliferaban convirtiendo la conducción en un auténtico desafío. Tras licitar un contrato de reparación que se adjudicó por algo más de 533.000 euros, la calzada recuperó su normalidad.

La conservación de la red convencional, clave mientras no 
se impulsan las autovías prometidas 
a Lugo y Ponferrada

También ha habido cambios en un tramo de la N-525 entre Allariz y San Cibrao, que ha sido transferido por el Gobierno Central a la Xunta, encargada ahora de su mantenimiento y conservación, una labor que le sigue siendo obligada a Fomento en la N-525 entre Sandiás y Xinzo, donde el estado del firme sigue dejando mucho que desear.


Viaje a lugo


El firme tercermundista que había hace poco más de un año en la N-540 (Ourense-Lugo) a su paso por Chantada ha pasado a la historia tras provocar más de un dolor de cabeza a los conductores, produciéndose varias averías. Fomento realizó una inversión urgente en 2018 que ha devuelto la normalidad a la carretera, aunque no todos los problemas se han solventado en esta carretera, que sigue precisando mayor mimo de sus titulares, encargados también de impulsar definitivamente una vieja promesa como la A-56. 


Más de 13 millones para la conservación, a la espera


El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ha fijado desde su acceso al cargo como una de sus prioridades reforzar la inversión en el mantenimiento de carreteras por encima del impulso de nuevos proyectos, por los que también espera desde hace años la provincia y que están comprometidos en los Presupuestos Generales del Estado.

Mientras, el Gobierno Central lanzó en junio un contrato con un presupuesto de más de 13 millones destinadas a la conservación de ocho carreteras ourensanas, todas las que hay con excepción de la N-532, que conecta Verín con la frontera portuguesa y que mantiene un buen estado del firme y la calzada.

La inversión prevista por Fomento tardará todavía unos meses en hacerse efectiva, ya que el procedimiento de contratación se encuentra todavía en una fase muy incipiente, al cerrarse el plazo de recepción de ofertas a finales de julio.

Objetivos

Entre los objetivos de las actuaciones se incluyen mejoras de alumbrado, semaforización, estudios de accidentalidad, obras de desbroce, vigilancia, atención a accidentes, fresados y reposición del firme, limpieza de cunetas y otras labores de conservación, expone la memoria redactada por la Dirección General de Carreteras. 


Nuevos carriles en la N-120 hacia Valdeorras, en la mesa del ministerio


mg_3187 (1)La N-120 continúa siendo, pese a las promesas de construir la autovía A-76, la vía de referencia para conectar Valdeorras con la capital provincial, un recorrido que ha mejorado en los últimos meses con las inversiones en mantenimiento y de reposición del firme, así como con actuaciones en los taludes que mantuvieron un carril cortado en el paso de la vía por Pereiro.

Sin embargo, continúa sin ponerse remedio al problema que cada día sufren decenas de conductores que se encuentran con tráfico pesado en el tramo más próximo a la ciudad, ya que no se puede adelantar, en ningún sentido, en casi 30 kilómetros.

Los técnicos del Ministerio de Fomento están elaborando un proyecto para poner remedio a esta situación que todavía no está finalizado, según dio cuenta el Gobierno recientemente. 


La N-525, mejor atendida pero con tareas pendientes


El Ministerio de Fomento atendió en 2018 los graves problemas de la N-525 en su recorrido entre Sandiás y Allariz, tramo por el que cada día pasan infinidad de camiones por la proximidad con zonas industriales. Una actuación específica dotada con más de 530.000 euros acabó con grietas, socavones y baches que convertían en una tortura hacer ese recorrido.

Esas buenas intenciones no se han extendido todavía a la comarca de A Limia, que utiliza la N-525 para infinidad de desplazamientos internos. Así, el estado en las zonas más próximas a Xinzo continúa dejando mucho que desear, con la calzada todavía pendiente de una importante mejora contemplada en un paquete de inversiones que no ha visto la luz. Los conductores que pasan por allí cada día reclaman premura.


Secuelas en la N-540, con un infame estado hace un año


Aunque no es exclusiva de la provincia de Ourense, la falta de una vía de alta capacidad hace obligatorio para muchos conductores de la provincia tomar la N-540 para llegar a Lugo, un recorrido que atraviesa Chantada y que era, hace un año, poco menos que una carretera "tercermundista", con auténticos socavones en la calzada por un infame estado de conservación que llevó al Ministerio de Fomento a aplicar un plan de choque que, si bien ha mejorado notablemente la circulación, todavía ha dejado secuelas, encontrándose los conductores todavía con importantes baches.

Sin embargo, la plataforma constituida para exigir la A-56 reclama que la inversión no sea puntual y que, además de la infraestructura de alta capacidad, se siga mejorando la carretera convencional, clave para muchos transportistas.

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