En la autovía Lugo-Ourense siguen sin arrancar las obras; Fomento señala como prioridad actual la conservación de viales
Infraestructuras clave para la provincia de Ourense y con partidas recogidas en los Presupuestos de este año abordan los tres últimos meses del año todavía enquistadas por diferentes trámites admiministrativos. La A-56 (Ourense-Lugo) y su tramo ubano, –la variante norte Eirasvedras-Quintela–, el tramo de la A-76 (Ponferrada-Ourense) entre Requejo y A Veiga de Cascallá, o la circunvalación de O Barco permanecen a la espera de licitaciones o modificaciones que están complicando que se pongan obras en marcha.
El ritmo del AVE, que tanto desde las filas socialistas como las populares coinciden en señalar como propicio para su puesta en marcha en el 2020, no parece el mismo que el marcado desde la Dirección General de Carreteras, si bien indican desde el departamento que se está intentando "que no se paralicen" los proyectos.
Asimismo, reconocen desde Fomento que algunas carreteras dependientes del Estado en la provincia presentan un estado "deficiente", por lo que consideran una "prioridad" la conservación de las mismas.
La variante norte, en el tramo Eirasvedras-Quintela de la variante norte –tramo urbano que conectaría con la A-56 hacia Lugo– cuenta en los Presupuestos Generales del Estado de este 2018 con una partida de 2,7 millones de euros, pero los plazos marcados por el anterior ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, penden de un hilo.
La luz verde al proyecto estaba prevista para este mismo veran, para permitir así el inicio de las obras antes de acabar el año. Pero, de momento, sigue atascado. El secretario general de Infraestructuras, José Javier Izquierdo, confirmaba ayer que se ha de realizar una "auditoría de seguridad vial" para a continuación aprobar el proyecto técnico.
Las obras del tramo A Barrela-San Martiño de la autovía A-56, que deberían estar ya en marcha, están de momento paralizadas porque, según confirmó ayer Infraestructuras del Estado, "se está realizando un modificado" en el proyecto de unas obras, que, según las últimas referencias, estaban al 50%.
Sobre la A-76, los proyectos técnicos comprometidos se están impulsando, y según Izquierdo se está haciendo para "evitar los atascos a la llegada a Ourense tanto a este como a oeste, y para un buen acceso al centro comercial". Los presupuestos de este 2018 recogían ya el tramo A Veiga de Cascallá-O Barco. Izquierdo remarcó que "a veces en los presupuestos se incluyen partidas de obras cuyos proyectos no están rematados".
Más preocupante resulta la circunvalación de O Barco, que a priori ha superado todos los trámites administrativos y sigue pendiente de licitación. En este punto, el diputado Celso Delgado pidió ayer "celeridad", puesto que "no hay ningún obstáculo para licitarla". Ante esto, Izquierdo puso de relieve que "llevamos apenas tres meses", volviendo a recordar que están haciendo "hincapié" en la conservación de carreteras, "que estaba en total abandono cuando llegamos.
El AVE avanza: Adif licita el tratamiento de carril en el tramo Zamora-Sanabria
La llegada del AVE a Ourense sigue dando pasos y parece cada vez más cercano. Adif Alta Velocidad licitó ayer los trabajos de tratamiento del carril –que se acometen habitualmente con carácter previo a la puesta en funcionamiento de un nuevo tramo del AVE– en el trayecto comprendido entre Zamora y la comarca de Sanabria.
La licitación aprobada por Adif para este tramo de unos 113 kilómetros tiene un presupuesto base de 695.626 euros, y un plazo de ejecución de seis meses. Con los trabajos licitados se consigue una correcta interacción entre la rueda y el carril "en perfectas condiciones de seguridad y fiabilidad", señalan desde la empresa pública.Este tratamiento previo es habitualmente necesario para la entrada en servicio de una nueva vía. Con él se aminoran posibles defectos de fabricación, se eliminan desperfectos de montaje y se logra homogeneizar y mejorar la inclinación transversal y la continuidad de la superficie de rodadura.
Además, se elimina la capa de material con menor contenido de carbono, lo que permite obtener un carril más resistente y se retrasa así el desgaste ondulatorio.
