La imagen de la ciudad causa descontento entre los vecinos, que hablan de dejadez por parte del Concello. Cartelería ilegal y grafitis campan a sus anchas entre las calles, e incluso hay zonas a las que no llegan los recursos municipales de limpieza. “Hai dous cascos vellos, o de antes de Praza Maior, e o de despois. Ese está deixado, olvidado, hai anos que non lles preocupa. Hai rúas que non se limpan, o camión non chega”, aseguran desde la Asociación de Vecinos Casco Vello. “Nalgunhas zonas hai restos de xiringas e ninguén os retira”, añaden.
Para Manuel Mosquera, presidente de la Federación Limiar, el peor problema tiene que ver con la cartelería. “Hay una empresa de quiromasajes que tiene empapelada toda la ciudad. Tendrán que sancionarlos, aquí se consiente todo”, sentencia.
Los carteles ilegales cubren numerosas fachadas de edificios deshabitados -en especial, en la zona histórica-, e incluso cabinas telefónicas que ya no tienen uso. “Habrá que quitarlas, si no sirven para nada, ¿qué hacen en la vía pública?”, se pregunta Mosquera. La cabina del parque de San Lázaro -que fue víctima de numerosos actos de vandalismo- se retiró, pero todavía se mantienen otras, como la de Bispo Cesáreo, que luce cubierta de grafitis.
Desde la Agrupación Miño, Lorinda Fernández asegura que numerosas asociaciones vecinales se han quejado en reiteradas ocasiones de la falta de limpieza. “É un mal endémico, o Concello ten todo abandonado, o lavado de contedores non existe, cando a xente deixa bolsas fóra non se recollen durante días… Non hai planificación e queixarse non cambia nada”, asegura Fernández. Los barrios de la periferia de la ciudad, explica, son algunos de los más afectados: “Non hai limpeza suficiente”.
Por otra parte, los cortes de calles por edificios en estado ruinoso también obstaculizan las vías y el tránsito de los viandantes. La calle Bailén lleva semanas inutilizada por el peligro que supone el edificio en ruinas.
"Pinta a tu madre"
La rúa Hernán Cortes apareció ayer empapelada con unos carteles que enunciaban “Pinta a tu madre”. La iniciativa -que poco duró porque enseguida fueron arrancados y tirados al suelo- pretendía reivindicar el cuidado del patrimonio. “Hartos de que no se respete la piedra, de que destrocen las casas que pagamos con nuestros trabajos o de la falta de penas severas y de trabajos de limpieza”, son algunas de las peticiones que hicieron en el comunicado que fue finalmente arrancado.
