REPORTAJE

El cartero siempre llama dos veces

OURENSE 21-04-2020.- Historias del coronavirus, Benito Paz, cartero urbano. José Paz
photo_camera La figura de un cartero veterano, imprime seguridad entre los vecinos (JOSÉ PAZ).
El de Correos, como servicio universal obligatorio,figura entre los que no han parado. La presencia del cartero implica normalidad; estos días se afanan con la entrega de correspondencia de banca y servicios de agua y luz.

Del afamado remake cinematográfico de Jack Nicholson y Jessica Lange, uno se queda con el título. El de cartero tiene poco de oficio glamuroso, pero sí tocará armarse de paciencia, rara vez se abre la puerta a la primera.

Beep, beep. ¡Trrrr! ¡Trrrr! ¡Tuuu! ¡Tuuu!. No hay dos timbres que suenen igual, es como si, a fuerza de pulsarlos con el dedo, adquirieran personalidad. “¿Quién?”. ¿Sí?. “Carteiro”. Si cada telefonillo del portero automático tiene su tono, al otro lado -casi siempre- las voces se presentan cansadas, como con desgana; muchas, personas mayores, apagadas con los años.

Parada Justel, Doctor Fleming, Progreso, Ervedelo, Portocarreiro. 9h. Por la calle la gente deambula maquinal, como si en la mochila portara el peso de esta distopía cotidiana. El cartero arranca la mañana, arrastra su carrito por la acera con un arte y una ejecución perfecta. Su imagen es discreta, casi silenciosa. 

OURENSE 21-04-2020.- Historias del coronavirus, Benito Paz, cartero urbano. José Paz

Casi familiar

“Buenos días! Muchos, al paso, le saludan, algunos hasta desde la ventana a pie de calle. “Se ti te portas ben coa xente, a xente pórtase ben contigo”. ¡Trrrr! ¡Trrrr! Lo difícil es que alguien te abra la puerta a la primera, es más, en muchos casos te entran las dudas, segundos que se vuelven eternos. “¿Dónde estará -piensas- toda esta gente en tiempos de confinamiento?”. ¨¿Quéeee?” “Carteiro”¨¿Quéeee?” “Carteiro!”. Hay voces que parecen sacadas del más allá, de un programa de Iker Jiménez. Pero al final no falla, la puerta se abre. El carrito azul y amarillo queda fuera, en la puerta, atrapadas entre los guantes de látex color azul, el hatillo con las cartas de cada portal. “Estos días é un lío, porque estamos traballando a mitade da plantilla, uns traballan días pares, outros impares”. Benito Paz, de Lobios, -quien nada tiene que ver con quien esto escribe-, lanza cada carta como si el “lanzamiento” fuera un ejercicio olímpico, sin fallos, con suma concentración, y eso que la mascarilla no ayuda. Cada carta, al golpear el fondo metálico del buzón, devuelve una nota. “En plantilla somos uns 50, estes días estamos traballando sobre 25; toca máis choio, claro”. 

OURENSE 21-04-2020.- Historias del coronavirus, Benito Paz, cartero urbano. José Paz

Benito lleva 8 años haciendo la misma ruta, sabe quién está a esa hora en cada portal, incluso el potencial tiempo de espera en cada uno. No se altera. Antes de repartir en Ourense, estuvo 4 en Madrid y 8 en Vigo. “Cando sacas as oposicións tes que ir a unha desas prazas”, comenta. Gran parte del trabajo lo tiene hecho antes del reparto; en la cartería central lo ha estado organizando por zonas. “O traballo é igual en Madrid que na China, hay zonas mellores e outras peores”. En algunos portales la llamada es hasta personalizada, anteponiendo el nombre del vecino, que da un toque de lo más familiar. En algunos inmuebles donde no vive nadie tiene llave, en otros, de un mismo propietario, las cartas quedan debajo de la puerta. Todo controlado. Aunque hay algún portal que se abre solo, la mayoría hay que empujarlos con ganas, imposible evitar el contacto con los pomos y pestillos. Un trabajo no apto para aprehensivos. En Ourense la mitad de la plantilla estos días está de baja, por ser personas de riesgo o mayores de 60 años. En el conjunto de España -dice- hay 850 bajas laborales relacionadas con el virus. Durante los días de alarma -trabajan días alternos- tendrán que asumir alguna de esas rutas en las que falta algún compañero. Benito vive en su casa con la mujer y los suegros. “Éche o que hai”.

Todas las entregas estos días son de correo esencial. Los certificados, previa petición de datos por “telefonillo”, se dejan en el buzón. La zona de las galerías comerciales cerradas -Proyflem, Roma-es una estampa dura, que complica la entrega. 

“¿Tienes algo para mí, algún cheque?”, preguntan dos comerciantes a pie de calle. “Non, hoxe, só facturas”. Beeh, beeh. ”¿Sí?” ”Carteiro”.

OURENSE 21-04-2020.- Historias del coronavirus, Benito Paz, cartero urbano. José Paz

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