DEMOGRAFÍA

Casi 15.000 ourensanos dudan si tener un hijo por sus condiciones laborales

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photo_camera Una pareja cruza con un carrito de bebé el paso de cebra de la rúa Progreso junto a la Alameda.

Escasos ingresos o la incompatibilidad de horarios para conciliar, las principales razones que esgrimen los trabajadores 

Salarios insuficientes o incompatabilidad de horarios son los principales motivos esgrimidos por los ourensanos a la hora de dar el paso para tener un hijo. Así, al menos, lo refleja un estudio publicado hace unas semanas por el Instituto Galego de Estatística (IGE) en el que analiza la perspectiva demográfica desde un punto de vista laboral, concluyendo que para casi 15.000 ocupados de la provincia supone un quebradero de cabeza en lo que tiene que ver con la paternidad o maternidad.

"Es la pescadilla que se muerde la cola", resume el experto en demografía Patricio Sánchez, docente en el Campus, que habla de un "problema grave", al considerar que se ponen piedras en el camino de los dispuestos a fomentar la natalidad, más en una provincia tan necesitada de gente joven.

La estadística del IGE se centra, por un lado, en identificar las decisiones que están condicionadas por la situación laboral y, por otro, las causas que llevan a esto. De esta manera, recoge que algo más del 14% de los ocupados (14.629) se debaten entre tener o no hijos y también por el número que les gustaría, mientras que para un 10% de los trabajadores sus condiciones en el empleo suponen un hándicap en relación a la edad en la que gustaría ser padres o madres.

"Lo que prima es el consumo a corto plazo", destaca el profesor Alberto Saco, que entiende que esto puede generar "frustración" porque, recuerda, todas las encuestas recogen que el número ideal de hijos es dos, pero luego la realidad rebaja esa cifra a una media inferior.

¿Qué condiciona entonces a los jóvenes ourensanos a la hora de planificar el futuro familiar? Los principales motivos son los escasos ingresos y la imposibilidad de conciliar sus jornadas laborales. Se enmarcan en cada uno de esos supuestos dos de cada tres asalariados (la encuesta no es excluyente, por lo que una persona puede verse afectado por todos los motivos). En el caso de las retribuciones, según los últimos datos disponibles, se establecía el sueldo medio en la provincia entre los menores de 35 años en poco más de 14.500 euros, con una importante brecha entre hombres y mujeres, que ascendía a 5.000 euros al año.

"Son datos que no extrañan, se ajustan a la realidad. La incertidumbre económica que tenemos en estos momentos es clave para una decisión tan importante", incide Patricio Sánchez, que reclama a los gobernantes un cambio en las políticas que se aplican para combatir el problema demográfico, valorando positivamente, no obstante, que "por fin tengan mayor conciencia de la gravedad", en alusión a las últimas medidas impulsadas, como la creación de un Comisionada del Gobierno frente al Reto Demográfico.

"No puede ser que perjudique tener hijos. No solo habría que facilitarlo, sino premiarlo", señala Sánchez, que recuerda que en países como los nórdicos "sale casi gratis hasta los tres años".

Inestabilidad

No solo razones económicas o de conciliación condicionan a los trabajadores ourensanos a la hora de plantearse la maternidad. En un porcentaje menor, pero reseñable, cerca del 30% de los ocupados alude a la precariedad en sus empleos o a posibles represalias de las empresas para poner el freno, entendiendo que tener un hijo podría afectar al futuro laboral en su compañía.

"Se necesita un sistema de protección", apunta Alberto Saco; "el mercado está mejorando, pero aún así lo que prima es la temporalidad", añade Patricio Sánchez.

Según el IGE, las empresas de la provincia de Ourense están por debajo de la media gallega en lo que respecta a medidas para facilitar la conciliación. La estadística apunta soluciones como ausentarse del trabajo para solucionar problemas familiares (61%), solicitar excedencias (45%), permisos parentales a mayores de lo que marca la legislación (39%), reducción de jornada (35%), horarios flexibles o personalizados (28%) o servicio de guardería propio (solo el 6%). 

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