TRIBUNALES

El caso Esmorga: ¿asesinato con alevosía o un accidente?

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photo_camera El registro realizado en el domicilio de Cameixas, en Boborás.

Uno de los dos inculpados dice que el fallecido estaba borracho, cayó y fue arrastrado por la corriente

El jurado popular que a lo largo de este año se encargará de sentenciar el "crimen de A Esmorga" no lo va a tener fácil. La juerga que duró 12 horas ininterrumpidas y culminó en un asesinato, según la fiscal, ofrece versiones contrapuestas sobre cómo perdió la vida Alexandru Walter Boghiu (22 años) el 20 de diciembre de 2014 en el canal del río Viñao.

Los procesados, Eduardo López Fernández y Óscar Estévez López, conocieron esa noche a la víctima, con quien conversaron y bebieron hasta los límites de la camaradería: lo invitaron a casa del primero para seguir la fiesta cuando los pubs de Carballiño dejaron de servir alcohol. A partir de ahí, cuando la luz del día ya despuntaba, el relato es más interpretable.

Mientras que la fiscal, reparte la culpa a la hora de acusarlos de asesinato con alevosía, con peticiones de pena de 18 años de prisión, uno de los inculpados, Eduardo, responsabiliza sin ambages a su otrora amigo de farra y hoy compañero de sumario.

Su letrado, Luis Salgado Carbajales, en su escrito de acusación, atribuye a Óscar tanto las lesiones que dejaron malherido a Alexandru como su muerte por asfixia por inmersión. Según esta versión, su cliente se limitó a invitar a un grupo de conocidos a comer y beber en su casa de Cameixa (Boborás). En ese escenario, sitúa una primera pelea entre Óscar y la víctima, quien, según esa versión, amenazó con matar y violar a la hija pequeña de su contrincante.

En esta exposición, Eduardo también mantiene que intentó ayudar a Alexandru cuando lo vio en el canal braceando, pero no pudo, aunque no hubiera profundidad, debido a la corriente.


Informe forense


Manuel Estévez Morales, el abogado del otro inculpado, también defenderá la absolución de su patrocinado, pero en base a argumentos bien distintos: un accidente. "De lo observado en la instrucción y en concreto de la reconstrucción de los hechos en el canal y el informe forense, que son las piezas a destacar en la resolución de este procedimiento, en ningún modo puede deducirse que se trate de un delito doloso, máxime cuando el informe forense señala que no se descarta el accidente", dice en su escrito de calificación.

Destaca, además, que la víctima se sumó voluntariamente a la jarana en la casa de Eduardo, "lo que evidencia que nunca hubo una intencionalidad previa ni, desde luego, deseo de que se llegase a tan trágico desenlace".

Reconoce la reyerta entre los tres compadres al pie del canal, pero habla de caída fortuita. En este sentido, significa que todos ellos "se encontraban en un alto grado de intoxicación etílica que mermaba grandemente sus actos y facultades".

La parada en el canal -sostiene- fue "casual" en tanto que el joven había agredido a Óscar con un cuchillo en los asientos de atrás del coche que conducía Eduardo.

El letrado considera que "carece de sentido buscar intencionalidad en la muerte de Alexandru cuando por el canal circula agua con una profundidad de un metro en el que cualquier adulto poniéndose de pie le alcanza por la cintura y del que puede salirse de propio pie". 

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