Asociaciones vecinales de la ciudad dieron el pistoletazo de salida a la fiesta más tradicional de Ourense, con una gran participación
El aroma a castañas y chorizos volvió ayer a recorrer la provincia, en la previa a la semana grande de la festividad de los magostos. El pistoletazo de salida lo dieron ayer asociaciones de vecinos de la ciudad como Vilar de Astrés, San Miguel de Canedo y Castro de Beiro, que demostraron que a saber hacer magostos no les gana nadie, aunque también otros puntos de la provincia, como Carracedo (A Peroxa) disfrutaron de los primeros magostos del año. Y lo mejor de todo, que el tiempo acompañó.
Los más madrugadores fueron los de Abeleda (Castro de Beiro), que a mediodía tenían ya todo listo y recibieron a autoridades varias, como el alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez, y concejales como Carlos Campos, Flora Moure o Manuel Álvarez. Faltó Paco, el histórico líder vecinal, fallecido a principios de año, pero cuyo recuerdo estuvo en boca de todos. Las funciones estaban repartidas, unos a los chorizos, unos a la carne, y los otros cargando el material en carretillas. Todo para preparar un menú de lujo y que, un año más, sirvió de unión vecinal.
Por la tarde, fue el turno de Vilar de Astrés y San Miguel de Canedo, otras dos parroquias que saben pasárselo bien en la fiesta más tradicional. Tampoco faltó la carne, el chorizo y el producto estrella, la castaña asada, que deleitó a los comensales hasta altas horas o, más bien, hasta que el cuerpo dio de sí.