De las castañas y vino a las arepas y la Frescolita con la Feria de la Chinita

Ourense y Venezuela son dos pueblos estrechamente ligados. Cientos de venezolanos llenaron el Campo da Feira de la ciudad para disfrutar de uno de sus días grandes, el de la Chinita.

Centenares de venezolanos abarrotaron desde el mediodía de ayer el Campo da Feira de la ciudad por sexto año para celebrar el Día de la Chinita. Esta fiesta, que ya se ha convertido en todo un clásico del otoño ourensano, en un evento que hace unión en la comunidad venezolana y que permite disfrutar de la música y la gastronomía venezolana.

Desde luego no faltaron los platos más conocidos, preparados por los emprendedores vinotinto que tienen su negocio en Ourense: por las mesas abundaban las arepas, las cachapas, las hallacas o el pabellón. En esas mismas mesas, desconocidos entablaban conversaciones sobre su tierra, interrumpidas por un grito de orgullo cuando uno de los cantantes pedía un aplauso para una localidad venezolana.

Los venezolanos están orgullosos de su país y su ropa da buena fe de ello. Gorras, camisetas y sudaderas que representan “la bendición de ser venezolano”, dice Alexander. Este joven lleva poco en Ourense, pero destaca la “hospitalidad de los gallegos”, así como la “alucinante comunidad que aquí se crea para celebrar un día muy importante para nosotros”.

Tras horas de baile, el fin de fiesta, como habitualmente, lo puso la elección de la Reina de la Feria de la Chinita.

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