Critican la decisión de Medio Ambiente, que busca cuidar a la especie
Los cazadores están molestos con la resolución que adoptó el pasado 15 de mayo la Dirección General de Patrimonio Natural, dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, que les prohíbe en la próxima temporada de caza -comienza el 1 de agosto- abatir hembras de corzo y ciervas, solo pudiendo matar machos.
Corzas y ciervas podrán ser cazadas solo en caso de que se demuestre que están ocasionando un grave daño en la agricultura. "Es un contrasentido, una decisión que no fue valorada. Por un lado, estamos en contra de los accidentes que provocan la fauna y, por otro, prohibimos cazarlos", aseguró el secretario de la Unión de Tecores (Unitega), Antonio Mota, puntualizando que la prohibición va a "generar un problema sanitario en los cotos de caza con los animales que se ponen enfermos, además de incrementar los accidentes de circulación y las reclamaciones por daños en cultivos".
En Medio Ambiente entienden que la prohibición de matar a las corzas y ciervas garantiza la proliferación de la especie, dado que un macho suele aparearse con varias hembras. Este argumento no es compartido por Antonio Mota, que recuerda que ya hay cotos en los que ya no se mata a las hembras y "está demostrado que se incrementaron las enfermedades parasitarias, los accidentes de circulación y los daños en los cultivos agrícolas".
En lo que se refiere a los accidentes que provocan los animales en carretera, los cotos salen beneficiados con la prohibición, dado que si el causante es una hembra, la Xunta se es la que debe hacerse cargo de los daños y no los cotos como hasta ahora siempre que se demostrara que en las 24 horas posteriores al siniestro hubo una batida. Los presidente de cotos elaboraron un modelo de solicitud, que remitieron a la Guardia Civil, para que, tras un siniestro con fauna, se especifique en el atestado si el animal es macho o hembra.
