crónica

Los cementerios ourensanos reviven su primavera del mes de noviembre

Un grupo de mujeres se protege de la lluvia entre un mar de flores en el cementerio de Verín, durante la mañana de este viernes.
photo_camera Un grupo de mujeres se protege de la lluvia entre un mar de flores en el cementerio de Verín, durante la mañana de este viernes (XESÚS FARIÑAS).
Los vecinos de villas y pueblos de la provincia hicieron frente al mal tiempo para rendir homenaje a sus parientes muertos

La lluvia intermitente, y por momentos torrencial en algunos puntos de la provincia, no impidió que centenares de personas se repartieran durante toda la jornada de este viernes por los camposantos de la provincia para llevar un recuerdo en forma de flor de temporada en las tumbas y panteones de sus familiares difuntos.

La afluencia de vecinos fue constante en villas como Celanova, Bande, Carballiño, Ribadavia, Verín, Xinzo de Limia, O Barco de Valdeorras, A Rúa o Allariz, en donde los cementerios estaban repletos de flores. Durante los últimos días, los familiares visitaron a menudo estas instalaciones, limpiando las tumbas y llevando nuevas flores, con el objetivo de que todo estuviera listo para el día de Todos los Santos. Además, y como es habitual, en las distintas parroquias de la provincia se llevaron a cabo misas en memoria de todos los fallecidos.

Junto a los tradicionales centros florales, había elaboraciones más originales, como una en forma de corazón dejada en una tumba del cementerio municipal verinense. Por las calles de los camposantos, convertidas en un mar de flores durante la jornada de este viernes, discurrían personas mayores, pero también jóvenes y niños, que fieles a una tradición centenaria, rindieron durante la jornada de este viernes un recuerdo a sus muertos, en un día típicamente otoñal, gris, aunque por momentos permitiera un  descanso a las precipitaciones.

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